CANCUN, México (AP) — La tensión y el miedo se apoderaron dela ciudad de Cancún la tarde del martes después de varios ataquesen al menos dos puntos de la ciudad, incluida la sede de lafiscalía del estado y numerosas fuerzas de seguridad iniciaronintensos operativos y persecuciones que intranquilizaron a muchosresidentes pese a que las autoridades instaban a la calma.
Cuando todavía se investigaban los motivos del ataque a ladiscoteca de la cercana ciudad de Playa del Carmen —dondemurieron cinco personas y otras 15 resultaron heridas_, los sucesosocurridos en el edificio central de la fiscalía del estado, y quese desconoce si están vinculados o no a lo que pasó la víspera,convirtieron algunas zonas de Cancún en un caos mientras sedesplegaban numerosos efectivos de la policía y el ejército.
El alcalde de la ciudad, Remberto Estrada, mandó un mensaje alos ciudadanos para que mantuvieran la calma. "Estamos trabajandode manera muy estrecha con el gobierno federal y el gobierno delestado para restablecer el orden público; les pido a todos loscancunenses mantengan la calma y esperen los comunicadosoficiales".
Según explicó a The Associated Press un trabajador de unagasolinera cercana a la fiscalía y que pidió guardar su identidadpor cuestiones de seguridad, la tarde del martes dos sujetos en unamoto llegaron hasta el edificio y lanzaron dos artefactos queexplotaron en la explanada exterior. A continuación se escucharonráfagas de disparos de armas largas, añadió.
Poco después, un periodista de la AP escuchó más disparos enla parte de atrás del mismo edificio y vio cómo lo que parecíaun cadáver era sacado de la caseta de seguridad.
Horas más tarde, en la Plaza de las Américas, un centrocomercial cercano a ese lugar, testigos aseguran haber escuchadotiros y cientos corrieron despavoridos para salir del lugar aunqueno estaba claro qué pasaba.
Irma Huxool, una mujer que acaba de comprar entradas para ir alcine, dijo a AP que escuchó tres disparos. "Estaban dando balazosen la entrada del cine entre Liverpool y Zara". Añadió que lagente iba diciendo que había personas heridas de bala pero ella novio nada y se mostraba confundida. "No sé qué creer porque lagente empezó a correr".
En otro punto de la ciudad, artefactos explosivos fueronlanzados a una óptica. César Salgado, el dueño delestablecimiento, lamentaba lo que estaba ocurriendo con la caraensangrentada y pidió a las autoridades que hicieran algo.
"No sé qué está pasando, uno se viene a un lugar tranquilo avivir, con una mejor calidad de vida y te llevas esta sorpresa",indicó. "Deben detener esto ya".
Por la mañana del martes, una fotografía subida a las redessociales sugería que el ataque de la discoteca era fruto de unalucha entre grupos del crimen organizado, ya que en una pancartafirmada por "Zetas vieja escuela", una escisión del cártel de losZetas, se amenazaba al personal del festival y se decía que iban a"cortar cabezas" por no alinearse.
El fiscal de Quintana Roo, Miguen Ángel Pech, en entrevista conThe Associated Press, dijo que las autoridades investigan dichapancarta.
Ya entrando la noche, se esperaba un mensaje del gobernador delEstado, Carlos Joaquín, en el que la gente confiaba queexplicaría qué estaba ocurriendo y si los sucesos de Cancún y elde Playa del Carmen estaban relacionados.
Mientras tanto, las autoridades seguían investigando el tiroteoen el Blue Parrot que pensaban podría deberse a un caso deextorsión, un conflicto por narcomenudeo o a que alguiencontratara a una persona para matar a uno de los clientes delbar.
Después de ofrecer distintas versiones a lo largo del lunes, elfiscal Pech explicó el martes que las últimas investigacionesindicaban que un atacante disparó directamente a una de lasvíctimas en plena madrugada cuando el local estaba abarrotado y seclausuraba un festival de música electrónica.
Después comenzó el tiroteo y el fuego cruzado, pero no estáclaro si éste ocurrió entre el atacante y los guardias deseguridad de la discoteca o con los guardaespaldas del mexicanoatacado. Tampoco se sabe por qué alguien quería asesinar a esehombre.
Pech, en entrevista con Televisa, dijo que sus familiaresdijeron a la fiscalía que tenía "un familiar importante" en elgobierno del estado de Veracruz, una región plagada de corrupcióny violencia.
Uno de los guardias fue alcanzado por las balas y al caer, suarma se disparó hiriendo a gente del público, añadió Pech,quien aseguró que el atacante huyó y que un taxista que le ayudóa escapar está vinculado con casos previos de intentos deextorsión, una práctica habitual en muchos lugares de Méxicodonde los negocios son obligados a pagar una cuota para evitar seratacados por el grupo criminal que controle ese lugar.
Según el fiscal, que no se cumpliera con este pago es la líneade investigación "más fuerte".
Pero mientras falten las respuestas en las calles, crecía lapreocupación.
"Nos ha alcanzado", dijo Lenin Amaro, un empresario y políticolocal, en relación a la violencia asociada al narcotráfico quesacude al país. "Esto es una muestra de lo que ha estado pasando.Vivíamos en lo puedes llamar una burbuja".
Un hombre que estaba en el interior del local en el momento deltiroteo y es un habitual de la discoteca, por lo que habló bajocondición de anonimato por seguridad, dijo que los Zetas controlantodo el tráfico de drogas en el centro turístico del Caribemexicano y, en los grandes clubes, el cartel tiene varias personasque se dedican a la venta de estupefacientes, normalmente en elexterior de los baños. En los dos últimos años, la venta dedroga es más evidente que antes.
"En esta zona los Zetas lo controlan todo y por eso todo estábien", dijo. "Todos los clubes de aquí, todos los clubes, estáncontrolados. En los baños, en todas partes, controlan las drogas.Te ofrecen drogas abiertamente. Los hombres de negocios, los de losclubes nocturnos, no pueden hacer nada. Pueden quemar tuedificio".
Las autoridades locales toleran la presencia de narcotraficantesmientras no "metan la pata", agregó. Por este motivo no cree queel cartel sea el responsable de la balacera. "Los Zetas no hacenesto porque van a matar su propio negocio", dijo. "Si no hayclientes, no hay drogas".
Él y otros especularon que un miembro de una banda rivalintentó vender droga en el local o quizá perjudicar su negocio.La seguridad no utilizaba detectores de metales, explicó.