Familiares y amigos despidieron la tarde de este domingo a José Santos “N”, quien era mejor conocido como “El Ardillo”, personaje que perdió la vida el día sábado en un hospital de la capital queretana luego de complicaciones en su estado de salud.
José Santos “N” es reconocido por la sociedad sanjuanense por su largo historial delincuencial, ya que por varios años realizó actividades delictivas, principalmente en contra de transportistas que transitaban por la demarcación.
De acuerdo información recabada, “El Ardillo” tuvo el último adiós con una misa de cuerpo presente realizada en la Capilla de Los Misioneros Xaverianos, en el municipio de San Juan del Río, donde familiares y amigos estuvieron presentes para despedir quien fue catalogado como uno de los pioneros en el robo de transporte en la demarcación sanjuanense.
Posterior a ello, el cuerpo de José Santos “N” fue trasladado hasta una afamada pulquería ubicada sobra la calle Arteaga, donde sus allegados le realizaron una guardia para recordar los momentos que pasaba en este lugar, donde según sus amistades, permanecía por largos ratos.
Fue durante finales de la década de los noventa y principios de los años 2000, cuando la fama de “El Ardillo” salió a relucir en las planas de los diarios de la ciudad, entre ellos El Sol de San Juan del Río, en donde se destacaba sobre una serie de robos con lujo de violencia y donde las autoridades de ese entonces apuntaban como autor a dicho personaje.
Según los datos de aquel entonces, todos estos atracos eran adjudicados a “El Ardillo” y su pandilla, por lo cual las víctimas procedieron a interponer las denuncias correspondientes para que sus actos no quedaran impunes. Fue entonces cuando las autoridades iniciaron una cacería en contra del hasta ese momento afamado delincuente.
En 2009, autoridades realizaron un cateo en un predio donde fueron localizados varios vehículos pesados que tenían reporte de robo vigente. Trascendió que el predio era propiedad de José Santos “N”, y que las unidades en el sitio eran resultado de sus fechorías a los transportistas.
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Trascendió que para marzo de 2010 la cacería de “El Ardillo” culminó, toda vez que autoridades lograron su detención, cayendo después de varios lustros en las manos de la justicia. Se dio a conocer que en abril de aquel año, un juez le dictó formal prisión por los delitos de robo equiparado y despojo.
Con una misa de cuerpo presente y una guardia en su pulquería favorita, fue como familiares y amigos le dieron el último adiós a uno de los personajes catalogados en su momento como el principal delincuente de San Juan del Río.