Alexander Sys es uno de los centenares de turistas bloqueados en Katmandú a causa del confinamiento decretado para frenar la pandemia del nuevo coronavirus.
Igual que este joven ruso, varios europeos y chinos se vieron sorprendidos por el alcance de la pandemia y sus consecuencias.
"Por el momento estamos bien, pero no sabemos cuanto tiempo tendremos que esperar nuestro vuelo (...) para volver a casa", explica Sys, que estaba en la región de Annapurna cuando Nepal ordenó el confinamiento del país para frenar la propagación de la COVID-19, el 24 de marzo.
"Algunos veces tengo miedo y me pregunto qué pasará", dice la letona Aleksandra Terandjaka.
La primavera es la temporada alta en Nepal, que atrae cada año a 150 mil senderistas y alpinistas.
A causa del confinamiento, las autoridades cerraron los senderos de alta montaña e hicieron bajar a los turistas hacia los aeropuertos y los puntos de encuentro.
Más de mil 700 personas fueron transportadas en autobús y avión hacia Katmandú, donde mil turistas siguen bloqueados.
El vuelo que iba a tomar Alexander Sys para volver a su país estaba previsto el 29 de marzo, pero nunca despegó.
Y, al igual que otros muchos extranjeros, ahora está confinado en el barrio turístico de Thamel, donde hay varios hoteles abiertos y donde algunos restaurantes preparan comida gratis.
Más de 4 mil extranjeros pudieron marcharse en vuelos especiales rumbo a Australia, Europa y Estados Unidos.
La Oficina de Turismo de Nepal ayuda a organizar esas repatriaciones en coordinación con las embajadas y creó un centro de información en las redes sociales llamados "Bloqueados en Nepal".
"No nos esperábamos esto a nuestra vuelta [de hacer senderismo], las cosas cambiaron completamente", dijo por su parte Aleksandra Terandjaka, que está en Nepal desde hace tres semanas.