Los territorios palestinos, con unos cinco millones de habitantes, sumaron hoy un nuevo máximo de contagios por coronavirus, con 1.000 positivos en las últimas 24 horas.
El Ministerio de Sanidad palestino contabilizó 255 infecciones en Jerusalén Este --anexionado por Israel--, 550 en la Cisjordania ocupada y 195 en la Franja de Gaza, que se encuentra en confinamiento desde el 24 de agosto ante los primeros contagios por transmisión comunitaria, que registró también un máximo diario de infecciones, y que sumó la muerte de un bebé de seis meses por Covid-19.
El impacto de la pandemia en Cisjordania y Jerusalén Este fue moderado en su primera fase, pero ahora afrontan una fuerte segunda ola desde hace más de dos meses.
El foco de contagios en territorio cisjordano sigue siendo la gobernación de Hebrón, en el sur, epicentro de infecciones desde este verano.
Las autoridades palestinas intentaron combatir la pandemia en Cisjordania con la vuelta al confinamiento, clausura de comercios y restricciones de movimiento, pero las levantaron en gran medida a mediados de agosto ante la presión por los daños en la economía y pese a no haber aplanado la curva.
En el caso de Jerusalén Este, las autoridades palestinas no tienen jurisdicción: desde 1980 rigen las leyes israelíes al ser un territorio anexionado. Varios barrios de esta zona de la Ciudad Santa están bajo toque de queda nocturno desde el martes, junto a 39 ciudades y vecindarios de Israel.
Palestina registra más de 37.000 casos, unos 12.000 de ellos activos. Una treintena de personas están en estado grave, ingresadas en unidades de cuidado intensivo, y diez de ellas están conectadas a respiradores.
También suma 224 fallecidos desde el inicio de la pandemia. La mayoría de muertes --más de dos centenares-- ocurrieron en esta segunda ola de los últimos meses, una tendencia al alza que por ahora no parece revertirse.