Un segundo volcán entró en erupción este sábado en el este República Democrática del Congo (RDC), aunque de "baja intensidad", cuando empieza a imperar la calma en Goma tras el estallido días atrás del Nyiragongo.
"El volcán Murara, situado en un lugar no habitado del parque Virunga, ha entrado en erupción hoy [sábado]. Seguimos de cerca la evolución", indicó a la AFP Patrick Muyaya, vocero del ejecutivo.
El ministerio congoleño de Comunicación precisó poco después que la erupción era "de baja intensidad".
El Murara, situado a unos 25 km al norte de Goma, es un volcán pequeño, considerado por muchos un segundo cráter del Nyamuragira, el otro mayor del país en actividad junto al Nyiragongo.
Este último entró en erupción el 22 de mayo y ha provocado hasta ahora la muerte de 32 personas y el desplazamiento de decenas de miles de habitantes de la ciudad.
Tras el caos desatado por la orden de evacuación decidida el jueves frente al riesgo de una nueva erupción del Nyiragongo, en Goma este sábado parecía imperar la calma.
Desde el viernes, los temblores empezaron a decaer en Goma, tanto en frecuencia como en intensidad, lo que aún se constataba el sábado de madrugada.
Con un rugido tenue, pisos y paredes de las viviendas continuaban temblando, pero en intervalos más largos --aproximadamente, cada hora--, cuando hace sólo dos días llegaron a su punto álgido, produciéndose cada 10 minutos de media, provocando pánico entre la población.
Las mediciones, transmitidas prácticamente en tiempo real a través de la red Twitter, desde el centro sísmico de Ruanda (RSM), organismo científico en el país vecino que monitorea estos terremotos, han confirmado esta disminución, con sismos de una magnitud de entre 2 y 3.
Abandonada en gran parte por sus habitantes, Goma comenzó particularmente en calma este fin de semana.
Las principales arterias del centro de la ciudad no estaban muy concurridas. Circulan algunos vehículos, como minibuses, autos y moto-taxis, pero no así los grandes todoterrenos blancos con los logotipos de las oenegés internacionales, que por lo general son omnipresentes.
Los niños se reunían en grupos por todas partes. La mayoría de las tiendas permanecen cerradas, salvo las más modestas, de las que emerge un fuerte sonido de rumba congoleña, que atrae espectadores.
En muchos aspectos, el ambiente es parecido al de una mañana dominical tranquila y normal.
Por primera vez, tras la erupción del 22 de mayo, el clima se presenta muy bueno, y solamente la cumbre del Nyiragongo, que sobresale en el horizonte al norte de la ciudad, continúa cubierta por la bruma.
Unas 400.000 contando los días previos habían huido de la capital provincial el jueves, agobiadas por el pánico y en total desorden, después de una orden de evacuación "preventiva" lanzada por las autoridades, el jueves de madrugada. Se dirigieron hacia la provincia cercana de Kivu Sur, a la región de Masisi o a Ruanda.
El viernes, en consejo de ministros, el presidente Félix Tshisekedi llamó a "redoblar los esfuerzos". Una importante delegación ministerial se había trasladado días atrás al lugar, pero el gobierno ha recibido muchas críticas ante la falta de soluciones y la evacuación caótica del jueves.
