Rusia aseguró que los cuatro rusos acusados por Holanda de ciberespionaje contra la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) de ninguna manera hicieron algo ilegal ni se ocultaron durante su viaje “rutinario” a La Haya, de donde fueron deportados en abril pasado.
“Fue un viaje rutinario, no se escondieron cuando se hospedaron en el hotel ni cuando llegaron al aeropuerto ni cuando visitaron nuestra embajada”, dijo el canciller ruso, Serguei Lavrov, al responder a las acusaciones de Holanda, de que agentes de la inteligencia militar rusa intentaron hackear a la OPAQ.
“Fueron detenidos y sin ninguna explicación ni posibilidad de contactar con representantes de nuestra embajada en Holanda fueron expulsados. Sinceramente, parecía un malentendido. Además, no hubo protestas por ese incidente hacia nosotros, ni en Moscú ni en La Haya”, indicó.
Sin embargo, el jefe de la diplomacia rusa no aclaró a qué se dedicaban los rusos que entraron en Holanda con pasaportes diplomáticos, ni tampoco con qué objetivo habían viajado a La Haya.
Pero, poco después, la vocera de la cancillería rusa, Maria Zajarova, explicó que los cuatro rusos acusados de ciberespionaje habían viajado a La Haya para probar los sistemas informáticos de la embajada rusa en Holanda.
“Los equipos incautados estaban destinados al testado de los sistemas informáticos de la embajada, con el objetivo de analizar su seguridad debido al creciente número de intentos de piratear las instituciones públicas rusas”, señaló.
Agregó que también les quitaron teléfonos móviles, privándoles así de la posibilidad de contactar con la embajada y por si fuera poco les incautaron todos sus objetos personales, incluidas tarjetas de crédito y dinero, antes de enviarlos en vuelo a Moscú.
Holanda reveló el jueves pasado haber expulsado en abril a cuatro agentes del Departamento Central de Inteligencia de Rusia (GRU), que es el servicio de inteligencia militar de las Fuerzas Armadas del país, cuando preparaban un ataque cibernético contra la red de internet de la OPAQ.
Denunció que los rusos estacionaron su vehículo cerca de la sede de la OPAQ y abrieron el maletero para manipular un “equipo de alta calidad” destinado a piratear conexiones wifi de forma remota.
Holanda y Reino Unido, apoyados por Estados Unidos, Canadá y Australia, acusaron a los servicios secretos de Rusia de llevar a cabo una serie de ciberataques a nivel mundial, incluido contra la OPAQ.