El gobierno ruso expresó su pesar por el fallecimiento de la británica Dawn Sturgess, quien presuntamente se intoxicó con el agente nervioso Novichok, de manera reciente en la ciudad Amesbury, en el oeste de Reino Unido.
"Lamentamos mucho la muerte de la ciudadana británica, seguimos profundamente preocupados por los continuos actos de uso de esas sustancias tóxicas en territorio de Reino Unido", declaró Dmitri Peskov, portavoz de la presidencia rusa.
Sturgess, de 44 años, falleció la víspera en un hospital de la Amesbury del condado de Wiltshire, donde se encontraba hospitalizada en estado crítico desde el 30 de junio pasado, cuando fue hallada inconsciente junto a Charlie Rowley, de 45 años.
La Policía británica confirmó el jueves pasado que las dos personas estuvieron expuestas al agente nervioso Novichok, el mismo utilizado hace unos meses contra el exespía ruso Sergei Skripal y su hija, Yulia.
En marzo pasado, Skripal, un antiguo oficial de la Inteligencia militar rusa, reclutado en los años 90 por el servicio secreto británico MI6 y su hija Yulia, fueron hallados inconscientes cerca de un centro comercial en la ciudad de Salisbury.
De acuerdo con las autoridades británicas, los Skripal, quienes continúan en estado crítico, fueron intoxicados con la sustancia neuroparalizante Novichok, creada por Rusia, por lo que acusa directamente al gobierno ruso del ataque.
En una conferencia de prensa, el portavoz del Kremlin subrayó que los incidentes en Amesbury y Salisbury "ponen en peligro no solo a los británicos, sino también a todos los europeos", según reporte de la agencia de noticias rusas Sputnik.
Peskov recordó que las autoridades rusas propusieron a Londres cooperar en las investigaciones sobre el uso de la misma sustancia tóxica en Salisbury, pero, "por desgracia, no encontraron reciprocidad".
Descartó que el incidente en Amesbury tenga relación alguna con la cumbre del presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo estadunidense, Donald Trump, programada para el 16 de julio en Helsinki, capital de Finlandia.
"Se trata más bien del problema de Reino Unido, de su interés en llevar a cabo una investigación real", respondió a la pregunta hecha por periodistas en este sentido y aclaró que el Kremlin desconoce si alguien acusó a las autoridades rusas de estar detrás del incidente.
"En cualquier caso, consideramos que esto sería un absurdo", apuntó el vocero de la presidencia rusa.
La Policía británica considera que en el caso de Amesbury no es un ataque deliberado y que Sturgess y Rowley fueron expuestos a la sustancia neuroparalizante al tocar "objeto contaminado", aunque no está claro si la sustancia fue la misma usada en el ataque en Salisbury.