Hablar con una amiga embarazada en Facebook o buscar datos sobre en línea el ciclo menstrual podrían volverse actividades riesgosas en Estados Unidos, luego de que la Suprema Corte decidiera el viernes revocar el derecho federal al aborto.
Ante el temor de que esas huellas digitales sean usadas en contra de las mujeres que abortan y sus potenciales "cómplices", representantes demócratas y organizaciones en defensa de los derechos humanos piden a las plataformas tecnológicas garantizar la defensa de los datos personales.
"La diferencia entre ayer y la última vez que el aborto era ilegal en Estados Unidos es que vivimos en una era de vigilancia en línea sin precedentes", escribió en Twitter Eva Galperin, directora de la ciberseguridad de la ONG Electronic Frontier Foundation (FFF).
"Si las empresas tecnológicas no quieren que los datos se transformen en ratoneras (...), deben dejar de recolectar esos datos ahora. No deben venderlos ni tenerlos cuando lleguen los requerimientos judiciales".
Google y Meta (Facebook, Instagram, Messenger) rastrean a los usuarios para vender a los anunciantes espacios publicitarios ultrapersonalizados.
Aunque esa información se "anonimiza", sigue siendo accesible para las autoridades con una orden judicial.
El fallo de la Corte Suprema deja a los 50 estados de la Unión en libertad de prohibir el aborto, y al menos ocho ya lo han hecho.
- Silencio -
Algunas leyes adoptadas incluso antes de la decisión de la Corte Suprema, como la de Texas en septiembre, animaban a los ciudadanos a demandar a las mujeres sospechosas de haber abortado o a personas que las hayan ayudado. Incluso al chofer de Uber que las haya llevado a la clínica, por ejemplo.
De modo que Google podría convertirse en una "herramienta para extremistas de derecha que quieran reprimir las personas que buscan atención médica reproductiva", indicaron 42 representantes demócratas en una carta abierta dirigida al jefe de Google, Sundar Pichai, a fines de mayo.
Porque "Google recopila y conserva extensos registros de datos de ubicación de cientos de millones celulares", agregaron.
Google, Meta y Apple no respondieron a consultas de la AFP.
"Se mantienen discretos" hasta ahora, anota Corynne McSherry, directora jurídica de la ONG EFF.
"Pueden y deben hacer mucho más para proteger la confidencialidad de datos de todos los usuarios", resaltó. "Y si eso afecta su modelo económico, es tiempo de cambiar de modelo".
La asociación publicó una lista de recomendaciones para las plataformas, que incluye una recolección menor de datos, cifrarlos, no compartirlos con actores dudosos y no obligar a los usuarios a identificare, entre otras cosas.
También les pide no ceder a eventuales requerimientos judiciales que exijan información sobre todos los smartphones cercanos a un punto de planificación familiar.
- Todos espías -
Aunque las empresas hicieran esfuerzos, eso no dispensaría a las personas afectadas de tomar medidas por sí mismas, reconoce la ONG.
Les aconseja usar motores de búsqueda que exijan menos datos, como DuckDuckGo, mensajerías encriptadas como Signal o ProtonMail, e incluso redes privadas virtuales (VPN)... empleadas por activistas y periodistas en países autoritarios.
En el caso de TikTok e Instagram, también piden suprimir las aplicaciones móviles para la fertilidad o la contracepción.
"Natural Cycles (NC) decidió crear una experiencia completamente anónima", declaró el viernes en Twitter Elina Berglund Scherwitzl, cofundadora de esta aplicación.
"La meta es lograr que nadie -ni si quiera Natural Cycles- pueda identificar a la usuaria", insistió.
Pero más allá de las empresas y los ciudadanos, la responsabilidad de proteger los datos personales corresponde a las autoridades, recuerdan políticos.
"No les corresponde a los individuos hallar como suprimir sus rastros, y qué aplicaciones son seguras o no. Nos toca a nosotros, al gobierno, hacer nuestro trabajo", estimó el viernes Sara Jacobs, una representante demócrata entrevistada por la AFP, quien a inicios de junio presentó un proyecto de ley ("My Body My Data Act") para obligar a las empresas a recolectar únicamente la información de salud necesarias para ejercer su actividad.
California y otros estados estadounidenses adoptaron en los últimos años leyes para mejor regular la confidencialidad de información personal en línea, pero el Congreso no logra ponerse de acuerdo para una ley federal.