Buenos Aires, (Notimex).- Las Abuelas de Plaza de Mayoconfirmaron la recuperación del nieto 122 que fue robado por losrepresores durante la última dictadura militar de Argentina(1976-1983).
El organismo de derechos humanos anticipó que este nuevo nietoque por fin conoce su verdadera identidad es hijo de Iris NélidaGarcía Soler y Enrique Bustamante, quienes formaron parte de laguerrilla Montoneros.
García Soler estaba embarazada de tres meses cuando en 1977 fuesecuestrada por los militares que la mantuvieron cautiva en uncentro clandestino de detención ubicado en la zona este de laciudad.
Cuando llegó el momento de parir, los represores la trasladarona la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), que fue la cárcelilegal más grande de esta capital y en donde funcionaba unamaternidad clandestina.
Ahí nació un varón que fue entregado en una adopción ilegaly que hoy, 40 años más tarde y gracias a exámenes de ADN, sabequién es su verdadera familia.
García Soler y Bustamante forman parte de los 30 mildesaparecidos que dejó la dictadura, ya que ninguno de los cientosde represores condenados por delitos de lesa humanidad ha confesadoqué hicieron con las víctimas.
La larga pelea de las Abuelas, que son un ícono de los derechoshumanos a nivel internacional, comenzó hace cuatro décadas,cuando varias mujeres se organizaron para buscar a sus nietosnacidos en las cárceles clandestinas.
En las charlas que mantenían en comisarías y despachos defuncionarios, estas mujeres descubrieron que compartían lahistoria de hijas que habían sido capturadas pese a estarembarazadas, o que habían parido durante su secuestro.
En un rasgo macabro que caracterizó a la última dictadura, lasjóvenes eran asesinadas después de parir y sus hijos adoptados demanera ilegal por los propios represores o entregados a otrasfamilias que desconocían su procedencia.
Los represores justificaron los robos de alrededor de 500 bebéscon el argumento de que si los devolvían a sus verdaderas familiasse convertirían en revolucionarios o “enemigos del régimen”,como consideraban a sus padres.