El tribunal penal del Vaticano reanudó este martes el juicio contra el cardenal italiano Angelo Becciu, acusado de malversación de fondos de la Secretaría de Estado, un caso histórico por involucrar a un alto jerarca de la Iglesia.
El proceso se celebra en una sala de los Museos Vaticanos, acondicionada para la ocasión, y deberá comparecer el cardenal Becciu, quien fue Sustituto de la Secretaría de Estado entre 2011 y 2018.
Otras nueve personas serán juzgadas entre empresarios y funcionarios de la Curia Romana.
Los acusados se enfrentan a varios años de prisión por fraude, malversación de fondos, extorsión, blanqueo de dinero y abuso de poder en un escándalo que incluye complicidades con el espionaje, paraísos fiscales y que ha generado un agujero de millones de euros en las cuentas vaticanas.
Entre los diez acusados, la mitad estaba al servicio de la Curia Romana y participó en la controvertida compra de un lujoso edificio en Londres por un costo de cerca 400 millones de dólares.
Durante la primera audiencia, celebrada el pasado 27 julio, el juez antimafia italiano Giuseppe Pignatone, presidente del tribunal, accedió a la demanda de la defensa de aplazar la sesión hasta este martes.
A raíz del escándalo, Becciu fue destituido de sus funciones y despojado de sus privilegios como cardenal por el papa Francisco en septiembre de 2020.
Para la compra del edificio en Londres se utilizaron inclusive recursos destinados a las obras de caridad personales del pontífice, según reconoció la Santa Sede poco antes de la apertura del juicio.
La adquisición además fue realizada a un precio mayor de su valor real a través de paquetes financieros altamente especulativos, por medio de dos empresarios italianos residentes en Londres.
La investigación se inició a partir de las denuncias presentadas en 2019 por el Instituto para las Obras de Religión (IOR) y la Oficina del Auditor General.
El caso representa un reto para el papa Francisco, ya que revela el descontrol en las finanzas vaticanas, por lo que tuvo que iniciar una reforma interna, y de hecho sacar a la luz los privilegios oscuros de varias entidades vaticanas.