Perspectiva Anáhuac | México y Japón: Diecinueve años de asociación estratégica y económica

Dr. Juan Roberto Reyes Solís* / Colaborador Diario de Querétaro

  · sábado 3 de agosto de 2024


Recordemos la fecha uno de abril del año 2005, momento en el que entró en vigor el Acuerdo de Asociación Económica México-Japón. En aquel entonces, nuestras naciones asumieron un compromiso para fortalecer las oportunidades de mercado en favor de las comunidades empresariales de ambos lados del Pacífico. El acuerdo ha derivado en resultados contrastantes, pues las diferentes disposiciones sobre acceso a mercados, reglas de origen, así como temas sobre empresas y ambiente de negocios han sido un marco de trabajo conjunto con importantes retos para México y con un balance muy asimétrico. Por ejemplo, el comercio bilateral ha crecido en proporción a las ventajas comparativas y competitivas de los productores. En 2005 las exportaciones de México a Japón sumaron $ 1,470 millones de dólares. Para 2021 estas alcanzaron $4,182 millones de dólares. En el caso de las importaciones, en el año 2005 se registraron compras a la nación oriental por $13,077 millones de dólares, mientras que en 2021 estas alcanzaron $17,084 millones de dólares. En suma, el saldo general, está a favor de nuestro socio asiático, el cual es varias veces superior a la capacidad comercial de México.

En este escenario de intercambio dispar, hay minerales, vehículos, autopartes, dispositivos eléctricos, aceros laminados y alimentos, los cuales son algunos de los productos representativos de este amplio universo de complementación productiva. En una perspectiva similar, las inversiones han experimentado un dinamismo igualmente valioso. En 2005, la inversión japonesa en México era de $335 millones de dólares. En el año 2022, esta cifra llegaría a $ 2,171 millones de dólares, concentrándose esencialmente en Guanajuato, Aguascalientes y la Ciudad de México. Por lo que concierne a nuestro país, las oportunidades se ubican en los sectores del entretenimiento, los alimentos, manufacturas y autopartes, por mencionar algunas áreas potenciales.

Hoy en día, ante los diferentes retos geopolíticos y de competencia comercial y tecnológica entre potencias como los EUA y China, requerimos encontrar alternativas para mejorar las condiciones de participación geoestratégica internacional. Por lo tanto, este marco institucional se mantendrá como un esquema de trabajo ad hoc para explorar y explotar el gran potencial de mercado para el empresariado mexicano.

Finalmente y en resumen, ambos países deben aprovechar las circunstancias de transformación económica mundial, convertir los riesgos y amenazas en aciertos y hacer de paso que este potencial sea una de las características competitivas de la asociación que nos distingue internacionalmente.


*Profesor-Investigador de la Escuela de Relaciones Internacionales. Universidad Anáhuac Querétaro

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