La Asamblea Nacional francesa debatirá a partir del martes la ampliación de la reproducción asistida a todas las mujeres, solas o en pareja, un tema que genera fuertes divergencias y es la primera gran reforma social del presidente Emmanuel Macron.
Desde hace meses, el partido de Macron pide un debate sin "histeria" sobre esta apertura de la PMA (según sus siglas en francés) a las parejas de lesbianas y a las mujeres solteras.
Francia tiene por costumbre encendidas controversias sobre los temas de sociedad, desde la trabajada legislación del aborto en 1974 hasta la batalla por el matrimonio homosexual en 2013.
La PMA para todas las mujeres, postergada varias veces, es la medida más emblemática de un proyecto de ley de bioética de 32 artículos, que prevé también una delicada reforma de la filiación y del acceso a los orígenes, y aborda además temas sensibles como la autoconservación de los ovocitos o la investigación en las células madre embrionarias.
Todos estos temas provocan muchos debates entre los diputados de todas las fuerzas, en busca de un equilibrio entre lo que es técnicamente posible y lo que es éticamente deseable.
"Es el texto más peligroso pero ha sido bien preparado", entre consulta ciudadana sobre bioética y opinión del comité consultivo nacional de ética, afirmó el lunes 16 de septiembre el presidente Macron ante los parlamentarios de su partido.
Pero la tensión aumenta fuera del recinto de la Asamblea Nacional.
El 6 de octubre está programada una manifestación de protesta en la que algunos legisladores de derecha o extrema derecha no descartan participar junto al movimiento conservador "La Manif pour Tous" ("La manifestación para todos"), que había llevado adelante la batallas contra el matrimonio gay.
El episcopado católico afirmó en principio que los ciudadanos tenían el "deber" de salir a manifestarse pero luego un portavoz moderó esas declaraciones. Las asociaciones LGTB temen por su lado revivir el clima de "violencia" de 2013.
Por su parte, la Academia Nacional de Medicina francesa dio a conocer sus reservas sobre la PMA para todas las mujeres, al juzgar que "la concepción deliberada de un niño privado de padre constituye una gran ruptura antropológica con riesgos para el desarrollo psicológico y la plenitud del niño".
Una opinión "quizás antigua" respondió el domingo la ministra de Sanidad Agnès Buzyn, al recordar que un cuarto de las familias francesas son hoy en día monoparentales.