Nueva jornada de represión en Birmania deja 10 muertos

Las fuerzas de seguridad, siguen usando munición real para reprimir estas protestas, en las que ya suman 10 muertos

AFP

  · miércoles 3 de marzo de 2021

Foto: AFP

Al menos 10 manifestantes prodemocracia murieron el miércoles en Birmania a manos de las fuerzas de seguridad, que siguen usando munición real para reprimir estas protestas, un hecho que ilustra el fracaso de la comunidad internacional a la hora de frenar la espiral de violencia generada tras el golpe de Estado militar en el país.

Siete personas murieron durante una protesta en favor de la democracia en la ciudad de Monywa (centro), indicaron a la AFP fuentes médicas.

A 130 kilómetros de distancia, en Mandalay, la segunda ciudad del país, dos manifestantes perdieron la vida al recibir disparos en la cabeza y en el pecho, según un médico, que pidió el anonimato por miedo a represalias.

Y en Myingyan (centro), un hombre de 20 años murió y otras 17 personas resultaron heridas, según los socorristas.

Las imágenes difundidas en las redes sociales muestran a este joven cubierto de sangre mientras sus amigos lo trasladan lejos de las barricadas. En otros videos se escuchan una serie de detonaciones y a los manifestantes gritar: "¡Nuestra revuelta debe triunfar!".

"Las fuerzas de seguridad dispararon gases lacrimógenos, munición de goma y balas reales", según un rescatista presente en el lugar.

Con cortes de internet, un refuerzo del arsenal represivo y olas de detenciones, la junta militar no ha dejado de intentar asfixiar a sus detractores desde el golpe de Estado que derrocó al gobierno civil de Aung San Suu Kyi, el 1 de febrero.

Los birmanos siguen, pese a todo, saliendo a las calles para reclamar la marcha de los generales golpistas y la liberación de cientos de detenidos encarcelados en las últimas semanas.

La situación es muy tensa en Rangún, la capital económica, especialmente en algunos barrios del norte, donde un dispensario recibió una veintena de heridos.

Cerca de la pagoda Sule Paya, en el centro de Rangún, los manifestantes organizaron una concentración y arrojaron al suelo las tapas de los cubos de basura que usan como escudos improvisados.

"No hagan nada contra la policía y el ejército. Si vienen a expulsarnos violentamente, continúen manifestándose pacíficamente", gritaba un joven usando un altavoz. "Nos mantenemos unidos", respondieron los manifestantes.

La jornada del domingo fue especialmente mortal con al menos 18 manifestantes fallecidos, según Naciones Unidas.

Una de las víctimas fue enterrada este miércoles. Cientos de personas cantaron "la democracia es nuestra causa" alrededor del ataúd cubierto con flores.

Seis periodistas acusados

La represión también continúa en el ámbito judicial.

Al expresidente de la República, Win Myint, que ya fue acusado de no respetar las restricciones vinculadas con la pandemia, se le acusa ahora de violar la Constitución, indicó a la AFP su abogado Khin Maung Zaw.

Aung San Suu Kyi, que continúa detenida en un lugar secreto, enfrenta cuatro cargos, entre ellos "incitación a desórdenes públicos".

Seis periodistas birmanos, entre ellos el fotógrafo de la agencia estadounidense Associated Press (AP) Thein Zaw, fueron acusados de violar una ley de orden público recientemente modificada por la junta, según su abogado.

El texto abarca ahora a todo aquel que "cause miedo en la población, difunda información falsa (...) o incite a la desobediencia y a la deslealtad de los funcionarios", explicó.

Los seis hombres, que se enfrentan a hasta tres años de prisión, están en la tristemente célebre prisión de Insein, en Rangún, donde muchos presos políticos cumplieron largas condenas bajo anteriores dictaduras.

"Debe autorizarse a los periodistas independientes a informar libremente y con seguridad, sin miedo a represalias", dijo Ian Philips, vicepresidente de informaciones internacionales de AP.

Confusión en la ONU

El ejército sigue ignorando las condenas internacionales.

Incluso el embajador birmano en Naciones Unidas, Kyaw Moe Tun, rompió con los generales golpistas la semana pasada, llamando a "poner fin al golpe de Estado".

Desde entonces, la junta designó a un sustituto, pero Kyaw Moe Tun asegura que sigue representando al país, un lío jurídico que deberá resolver la ONU.

El Consejo de Seguridad abordará de nuevo la situación en Birmania el viernes a petición del Reino Unido.

A principios de febrero, sus 15 miembros expresaron su inquietud en una declaración, pero sin condenar el golpe de Estado, ya que Pekín y Moscú, aliados tradicionales del ejército birmano, se oponían.

El ejército, que no reconoce el resultado de las elecciones en noviembre en las que se impuso el partido de Suu Kyi, prometió la celebración de nuevos comicios.




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