Miles de hongkoneses tomaron este viernes las calles de la ciudad para protestar contra la aprobación de una ley de emergencia que prohibirá, desde esta medianoche, el uso de máscaras con las que los manifestantes ocultan su identidad.
Desde primera hora de la tarde, los hongkoneses marcharon por el distrito financiero de Central ataviados con máscaras para protestar contra la legislación anunciada hoy por la Jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, coreando eslóganes como "Hong Kong, resiste".
Los manifestantes provocaron cortes de tráfico o el cierre de tiendas en una jornada que se tornó tensa desde que Lam anunciara su controvertida medida, para la cual ha tenido que echar mano de una ordenanza de la época colonial británica que puede otorgar poderes más amplios al Gobierno sin tener que pasar por el Legislativo.
Algunas personas repartían máscaras a los asistentes porque, tal y como coreaban, era la "última oportunidad" para usarlas: la medida aprobada hoy constituye como delito su uso bajo penas de hasta un año de prisión y multas de hasta 25.000 dólares hongkoneses (3.188 dólares).
Aunque para Lam la ley solo busca identificar a los manifestantes más violentos y "no implica que Hong Kong esté en estado de emergencia", muchos en la ciudad temen que el Gobierno acabe invocando la mencionada ordenanza para pedir la potestad de autorizar detenciones, censurar la prensa, cambiar leyes o tomar el control total del transporte.
Así, un grupo de manifestantes creó barricadas improvisadas cerca de un túnel ante la atenta mirada de algunos conductores que hicieron sonar sus cláxones como gesto apoyo a quienes protestaban.
Decenas de internautas han pedido a la gente que salga a las calles de Hong Kong para sumarse a la protesta contra la controvertida prohibición, que podría acabar por inflamar aún más la situación en la ciudad financiera.
A nivel diplomático, el ministro de Exteriores británico, Dominic Raab, advirtió al Gobierno hongkonés del peligro de "agravar" las tensiones y pidió a Lam que apueste por el diálogo político.
También el ministerio de Asuntos Exteriores de Taiwán mostró su preocupación por una ley que podría "violar los derechos y libertades individuales".
Expertos hongkoneses también han expresado su temor a que la legislación afecte a la posición de la ciudad como centro financiero internacional: "Las instituciones comenzarán a cuestionarse si las autoridades promulgarían también leyes financieras similares", comentó el politólogo y comentarista Simon Shun en un popular programa de radio.
"Este es un asunto grave. Sienta un precedente, que es eludir el proceso legislativo. Después de esto, el Gobierno va a poder hacer prácticamente cualquier cosa, y eso es más grave que la prohibición de las máscaras en sí", agregó.
Las protestas en Hong Kong, que se convirtieron en masivas en junio a raíz de una polémica propuesta de ley de extradición, se han sucedido durante casi cuatro meses y han mutado hasta convertirse en un movimiento que busca una mejora de los mecanismos democráticos que la rigen y una oposición al autoritarismo de Pekín.
No obstante, algunos manifestantes han optado por tácticas más radicales que la protesta pacífica y los enfrentamientos violentos con la Policía son habituales.
La última de oleada de enfrentamientos se produjo el pasado 1 de Octubre, día en que la China comunista celebraba el septuagésimo aniversario de su fundación, jornada que se saldó con el arresto de 269 personas en Hong Kong.
Ese día, los manifestantes más radicales crearon barricadas y les prendieron fuego, lanzaron incontables cócteles molotov, y vandalizaron estaciones de metro, oficinas gubernamentales, tiendas y al menos un despacho de una organización pro-Pekín.
En respuesta, los antidisturbios volvieron a recurrir a los ya habituales disparos al aire, a las pelotas de goma, al gas lacrimógeno, al gas pimienta y a los cañones de agua con tinte, que sirven para identificar a los manifestantes con más facilidad.