La epidemia del nuevo coronavirus, que superó este lunes los 3.000 muertos, sigue progresando en el mundo, lo que obligó a la Unión Europea (UE) a aumentar su nivel de alerta en pleno contexto de temor mundial sobre sus consecuencias para la economía.
La epidemia del COVID-19 –el nombre de la enfermedad que provoca el virus– se debilita en China, donde hay drásticas medidas de cuarentena que afectan a más de 50 millones de personas, pero en el resto del mundo la propagación de la enfermedad se acelera.
"En las últimas 24 horas, hubo cerca de nueve veces más de nuevos casos de COVID-19 registrados fuera de China que en China", aseguró en rueda de prensa el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
En China, donde el virus apareció a fines de 2019, las autoridades anunciaron el lunes 42 nuevos decesos, lo que lleva el balance en el país a 2.912 muertos.
Los 202 nuevos casos de contagio señalados --que llevan el total por encima de 80.000-- son, en cambio, el aumento diario más débil desde enero.
Italia registró por su parte 500 casos el domingo, una cifra espectacular que lleva el número de contagios a cerca de 1.700. Al menos 34 personas han fallecido en este país europeo, especialmente en las regiones del norte: Lombardía, Emilia-Romaña y Véneto.
Ante la progresión del virus, la UE elevó este lunes su nivel de alerta a "de moderado a alto" tras un último balance de 2.100 casos confirmados en 18 países. Una tercera muerte anunciada en Francia eleva el balance de muertos en el bloque al menos a 39.
La imagen insólita del temor al contagio se produjo este lunes en Alemania, donde el ministro del Interior Horst Seehofer se negó a estrechar la mano de la canciller Angela Merkel, una de las acciones recomendadas por los profesionales para evitar contaminarse.
En otras partes del mundo, el lunes se señaló un segundo contaminado en Egipto, un país que anunció a mediados de febrero el primer caso en el continente africano, justo cuando los turistas empezaban a volver tras años de disturbios por la revolución de 2011.
Estados Unidos informó de un segundo fallecimiento, con un total de 21 casos, a los que se añaden otros 47 de personas repatriadas del extranjero. En el continente americano, México, Brasil, Canadá, Repñublica Dominicana y Ecuador cuentan con personas contagiadas.
En Corea del Sur, el segundo país más afectado, el lunes hubo otros 600 casos y ocho nuevos fallecimientos, por un total de 4.300 contaminaciones y 26 muertos.
El líder del movimiento religioso responsable de la mitad de casos presentó disculpas por la responsabilidad de su organización en la propagación.
Riesgo de recesión
La evolución de la epidemia hace temer una crisis económica mundial. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) rebajó el lunes su previsión de crecimiento mundial en 2020 del 2,9% al 2,4% y advirtió de cifras peores si agrava la epidemia.
El comisario europeo del Mercado Interior, Thierry Breton, habló de un riesgo de recesión en Alemania e Italia, mientras que su homólogo de Economía, Paolo Gentiloni, llamó a una respuesta coordinada para apoyar la economía europea.
Los mercados bursátiles continuaban estancados el lunes después de una semana desastrosa, en la que los mercados sufrieron sus peores caídas desde la crisis financiera de 2008.
Eventos deportivos y culturales también se han visto afectados por el brote. El Museo del Louvre, un lugar emblemático del turismo en París, cerró este lunes por segundo día porque el personal aplicó un derecho a no trabajar en caso de peligro.
La epidemia también afecta al calendario deportivo. El Gran Premio de Moto de Catar, previsto el 8 de marzo, fue anulado, y el de Tailandia, el 22 de marzo, aplazado.
La OMS, que aumentó este fin de semana a nivel "muy elevado" (el máximo) la amenaza del coronavirus, también dijo que creerse protegido sería "un error fatal".
La agencia de Naciones Unidas recordó que los síntomas son benignos para la mayoría de enfermos, importantes (neumonías) para el 14% y que el 5% de personas afectadas están en estado crítico.
La tasa de mortalidad parece ser de entre el 2 y el 5%, según la OMS.