Los talibanes de Afganistán quieren tener "buenas relaciones" con los demás países y nunca interferirán en sus asuntos, dijo su primer ministro el sábado en su primer discurso a la nación.
Mohammad Hasan Akhund habló en un mensaje de audio de casi media hora emitido por la televisión estatal RTA, días antes de que su gobierno reanude las conversaciones con representantes estadounidenses en Doha (Catar).
El primer ministro talibán aún no ha aparecido en público desde que fue nombrado en el cargo el 7 de septiembre, al igual que el líder supremo del movimiento, el mulá Hibatullah Akhundzada, al que no se ha visto desde que los islamistas tomaron el control del país a mediados de agosto.
"Quiero asegurar a todos los países que nunca interferiremos en sus asuntos internos" y que "queremos tener buenas relaciones con ellos", incluso en el plano económico, dijo en su mensaje el mulá Akhund, criticado recientemente en las redes sociales locales por su prolongado silencio mientras el país lucha contra una grave crisis económica.
Los talibanes volvieron al poder a mediados de agosto tras la retirada militar occidental y el colapso del gobierno afgano respaldado por Occidente tras 20 años de guerra.
Después de su vuelta al poder en agosto, Washington congeló los activos del banco central afgano, y el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional suspendieron su ayuda a Kabul.
La economía afgana --una de las más pobres del mundo, minada por 40 años de guerra, las recientes sequías y ahora sin ayuda internacional-- está en caída libre, y el país está al borde de una catástrofe humanitaria, según la ONU.
Se espera que en Doha los talibanes vuelvan a pedir el levantamiento de las sanciones y la reanudación de la ayuda internacional para evitar una hambruna en invierno en este país de unos 40 millones de habitantes. Los talibanes de Afganistán quieren tener "buenas relaciones" con los demás países y nunca interferirán en sus asuntos, dijo su primer ministro el sábado en su primer discurso a la nación.
Mohammad Hasan Akhund habló en un mensaje de audio de casi media hora emitido por la televisión estatal RTA, días antes de que su gobierno reanude las conversaciones con representantes estadounidenses en Doha (Catar).
El primer ministro talibán aún no ha aparecido en público desde que fue nombrado en el cargo el 7 de septiembre, al igual que el líder supremo del movimiento, el mulá Hibatullah Akhundzada, al que no se ha visto desde que los islamistas tomaron el control del país a mediados de agosto.
"Quiero asegurar a todos los países que nunca interferiremos en sus asuntos internos" y que "queremos tener buenas relaciones con ellos", incluso en el plano económico, dijo en su mensaje el mulá Akhund, criticado recientemente en las redes sociales locales por su prolongado silencio mientras el país lucha contra una grave crisis económica.
Los talibanes volvieron al poder a mediados de agosto tras la retirada militar occidental y el colapso del gobierno afgano respaldado por Occidente tras 20 años de guerra.
Después de su vuelta al poder en agosto, Washington congeló los activos del banco central afgano, y el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional suspendieron su ayuda a Kabul.
La economía afgana --una de las más pobres del mundo, minada por 40 años de guerra, las recientes sequías y ahora sin ayuda internacional-- está en caída libre, y el país está al borde de una catástrofe humanitaria, según la ONU.
Se espera que en Doha los talibanes vuelvan a pedir el levantamiento de las sanciones y la reanudación de la ayuda internacional para evitar una hambruna en invierno en este país de unos 40 millones de habitantes.