El nuevo primer ministro libanés, Mustapha Adib, llevaba a cabo el miércoles consultas para formar un gobierno en un tiempo récord bajo la presión del presidente francés, Emmanuel Macron, el mismo día que el papa pidió que el país no sea "abandonado a su suerte".
Normalmente el proceso de formación de gobiernos en Líbano puede durar meses a causa de los bloqueos políticos.
Pero la situación se anuncia diferente para Mustapha Adib, el exembajador de Líbano en Alemania, nombrado el lunes.
La presión internacional, sobre todo de Francia, así como de la calle, amplificadas por la explosión en el puerto de Beirut del 4 de agosto, hicieron todavía más urgentes las reformas para sacar al país de su peor crisis económica en décadas.
El miércoles el papa Francisco dijo que Líbano se enfrenta a "un peligro extremo" y no puede ser "abandonado a su suerte".
En un largo mensaje dedicado al país tras su audiencia general, el papa pidió a los creyentes del mundo "una jornada universal de ayuno y oración por Líbano el próximo viernes 4 de septiembre".
En esa fecha se cumplirá un mes de la terrible explosión en el puerto de Beirut que devastó la capital y en la que murieron al menos 188 personas y miles resultaron heridos.
Sin más tiempo
De visita esta semana en Beirut, por segunda vez desde la explosión en el puerto, Emmnauel Macron anunció que estaría de vuelta a Líbano en diciembre para seguir los progresos realizados y que invitaría a París, en octubre, a los responsables libaneses a una reunión, organizada en paralelo a una nueva conferencia de ayuda internacional a Líbano.
"Creo que todo el mundo se da cuenta en Líbano de que ya no tenemos el lujo del tiempo (...) Se enfrentarán a una presión de Francia, de la comunidad internacional y de los donantes internacionales que se intensificará", afirma Karim Emile Bitar, un profesor de ciencias políticas.
"Pero los dirigentes libaneses son tan cínicos que están dispuestos a dejar que el país caiga en el caos antes que aceptar profundas reformas estructurales que al final les llevarían (...) a su propia desaparición", agregó.
El gobierno anterior de Hasan Diab dimitió unos días después de la explosión.
Macron "guía supremo"
El nuevo primer ministro se reúne el miércoles con los bloques parlamentarios y los diputados independientes para consultas no obligatorias, según la Constitución, antes de formar gabinete.
Adib, de 48 años poco conocido, fue nombrado pocas horas antes de la llegada a Beirut de Macron por parte de las personalidades más influyentes de la comunidad sunita, de la que debe salir el primer ministro, tal y como prevé el sistema confesional de repartición del poder.
Son las fuerzas políticas de las principales comunidades religiosas las que decidirán la formación de su gobierno, incluso si anunciaron el miércoles que no esperan sentirse representadas en él.
La diputada Bahia Hariri pidió en nombre del partido sunita Corriente del Futuro "un gobierno de expertos".
Por su parte el jefe del grupo parlamentario del Hezbolá pro-iraní, Mohammad Raad, exigió "formar un gobierno eficaz y homogéneo".
El periódico Al Akhbar, cercano al Hezbolá, consideró el miércoles que Macron se comportó "como si fuera el guía supremo de la República Libanesa durante su centenario", celebrado el martes.
El presidente Macron se había reunido el martes con el conjunto de fuerzas políticas, entre ellas el Hezbolá.
Por su parte, el secretario de Estado adjunto estadounidense para Oriente Medio, David Schenker, esperado en Beirut el miércoles, debería entrevistarse con representantes de la sociedad civil, que reclama la salida de la clase dirigente.