La actividad cotidiana ha vuelto a las calles y oficinas de Jartum, una semana después del golpe de Estado perpetrado por los militares el pasado lunes y tras días de protestas, disturbios y huelgas que pararon algunos sectores del país, dividido ahora entre el Ejército y el depuesto Gobierno civil.
La mayoría de los funcionarios ha regresado a sus puestos de trabajo este martes, y los mercados y los comercios retomaron la actividad comercial casi en su totalidad, después de una semana de parón e incertidumbre tras la disolución del Gobierno y otros órganos ejecutivos, la declaración del estado de emergencia y otras medidas excepcionales.
Un funcionario del Ministerio de Hacienda sudanés, Ahmed Ozman, dijo a Efe que la mayoría de sus colegas acudieron hoy a su trabajo y han sido abonados los salarios de los empleados estatales del Banco Central de Sudán, que no se vio afectado de momento por la crisis.
Por su parte, un miembro de la Unión de Bancos Sudaneses, Ibrahim al Tum, señaló a Efe que la mayoría de las sucursales bancarias abrió sus puertas al público y sólo un número limitado de empleados se declaró en huelga por lo que los bancos han operado con normalidad.
Algunos sectores se han visto afectados en los pasados días por la huelga convocada por el principal sindicato opositor del país y el llamamiento a la "desobediencia civil" que hicieron varias agrupaciones civiles sudanesas.
La agencia estatal de noticias sudanesa, SUNA, también retomó su actividad hoy e informó de que las clases se reanudarán en los colegios públicos y en todos los niveles educativos a partir del domingo 7 de noviembre en el estado de Jartum, donde se encuentra la capital.
La vuelta de la normalidad ha sido posible gracias a la limpieza de calles, en las que habían sido levantadas barricadas durante las manifestaciones de los pasados días en protesta por el golpe de Estado militar, en las que han fallecido más de diez personas y cientos han resultado heridas.
Una fuente de la Policía de Jartum dijo a Efe que los agentes reabrieron el tráfico en toda la capital desde anoche y que casi 20.000 policías equipados con herramientas y maquinaria quitaron las piedras y barricadas que impedían el movimiento en algunas zonas.
Sin embargo, en el plano político la situación sigue bloqueada después de que el depuesto primer ministro, Abdalá Hamdok, rechazara ayer cualquier "arreglo" con los militares, en medio de los intentos de mediación internacional para que los generales restablezcan un gobierno civil y continúen por la vía democrática abierta hace más de dos años.
