El gobierno israelí decidió el jueves endurecer el confinamiento generalizado en vigor desde hace casi una semana debido a un aumento continuo del número de personas infectadas por el nuevo coronavirus.
A partir del viernes 14H00 (11H00 GMT), las sinagogas permancerán cerradas, excepto para Yom Kippur (día del perdón, celebrado el domingo por la noche y el lunes), sólo los sectores de trabajo considerados "esenciales" podrán seguir funcionado y las manifestaciones y oraciones en el exterior estarán limitadas a 20 personas y a menos de un kilómetro del domicilio.
Estas medidas aún deben ser validadas por el parlamento antes del jueves.
Las autoridades también deben pronunciarse durante el día sobre el cierre del aeropuerto internacional Ben Gurion de Tel Aviv.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó el miércoles por la noche que hay que tomar "decisiones difíciles para salvar vidas".
"En los últimos dos días hemos escuchado a los expertos decir que si no tomamos medidas inmediatas y estrictas, caeremos en un abismo", dijo antes de que comience la reunión del gobierno.
Israel es uno de los países con la mayor tasa de infección por el coronavirus en las últimas semanas. El miércoles, el ministerio de Salud registró 6.808 nuevos casos.
Sin embargo, el ministerio de Hacienda advirtió que estas medidas son desastrosas para la economía del país, mientras que la tasa de desempleo aumentó en los últimos meses.
"El que cree que se puede trabajar cuando hay una pandemia, cuando aumentan las muertes y las infecciones, sin que esto afecte la economía, se equivoca", respondió Netanyahu.
Los opositores al primer ministro lo acusan de endurecer el confinamiento para debilitar las manifestaciones semanales frente a su residencia en Jerusalén, que critican en particular su gestión de la pandemia.
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