El alcalde de Londres advirtió el viernes de que los hospitales de la capital británica pueden verse pronto saturados ante el incremento exponencial de pacientes con Covid-19 y subrayó la urgencia de la situación con la esperanza de obtener ayuda del gobierno.
"Si no tomamos medidas inmediatas ahora, nuestro servicio nacional de salud podría verse superado y más gente morirá", afirmó el laborista Sadiq Khan, declarando la rápida propagación del coronavirus por la capital como "incidente mayor", un requisito formal para obtener una respuesta global de varias agencias gubernamentales.
Según una información proporcionada por el servicio de salud pública a responsables hospitalarios y filtrada el jueves por el Health Service Journal, incluso si el número de pacientes con covid-19 aumentase siguiendo las proyecciones más bajas, para el 19 de enero habría un déficit de 2.000 camas de cuidados generales e intensivos en los hospitales de Londres.
El número de casos de coronavirus en Londres supera ya los 1.000 por cada 100.000 habitantes, señaló el ayuntamiento.
"Uno de cada 30 londinenses tiene ahora covid. Por eso los servicios públicos de Londres instan a todos los londinenses a quedarse en casa, excepto para las compras y el ejercicio absolutamente esenciales", afirmó la presidenta de los consejos municipales londinense, Georgia Gould.
Los 56 millones de habitantes de Inglaterra entraron el martes en un tercer confinamiento total previsto legalmente hasta finales de marzo. Escocia, Gales e Irlanda del Norte aplicaron medidas similares con duraciones variadas.
Entre el 30 de diciembre y el 6 de enero, el número de pacientes en los hospitales de Londres creció un 27%, pasando de 5.524 a 7.034, y el número de pacientes con ventilación mecánica creció un 42%, de 640 a 908, según el ayuntamiento.
Sólo en los últimos tres días se registraron 477 muertes confirmadas por covid-19 en los hospitales de la capital, donde los ingresados actualmente por síntomas graves son un 35% más que en el peor momento de la primera ola en primavera.
Tercera vacuna y más tests
Enfrentado a otra ola imparable de coronavirus desde el descubrimiento en diciembre de una nueva cepa aparentemente más contagiosa, el Reino Unido registró el jueves 1.162 nuevas muertes. Con un total de 78.508 fallecidos, vuelve a ser el país de Europa más castigado por la pandemia, por delante de Italia.
El gobierno de Boris Johnson, muy criticado por sus políticas erráticas, centra ahora su estrategia en el confinamiento y en una fuerte aceleración de la campaña de vacunación que fue el primero de los países occidentales en lanzar, el 8 de diciembre.
Desde entonces, se ha inoculado a casi 1,5 millones de personas con las vacunas desarrolladas por Pfizer/BioNTech y AstraZeneca/Oxford.
Y el viernes el regulador independiente británico, la MHRA, aprobó para su uso la vacuna del covid-19 desarrollada por el laboratorio estadounidense Moderna.
Las autoridades sanitarias británicas aumentaron a 17 millones, frente a 7 millones anteriormente, el número de dosis pedidas de esta vacuna, que no estará sin embargo disponible en el país hasta la primavera.
Y para intentar frenar la importación de casos, el viernes anunciaron que a partir de la próxima semana todos los viajeros que lleguen a Inglaterra y Escocia, incluidos los residentes, tendrán que presentar un test negativo de coronavirus realizado en las 72 horas previas, aunque esto no les eximirá de respetar una cuarentena de 10 días según su país de origen.
Quienes incumplan la norma podrán ser sancionados inmediatamente con una multa de 500 libras (553 euros, 678 dólares).