La tormenta tropical Henri se convirtió en un huracán de categoría 1 el sábado y se prevé que toque tierra en la costa noreste de Estados Unidos el domingo, informó el Centro Nacional de Huracanes (NHC).
"Es tan grave como un ataque cardíaco", dijo el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, al anunciar el estado de emergencia y el despliegue preventivo de 500 soldados de la Guardia Nacional.
Cuomo señaló que se espera que el huracán toque tierra en Long Island, donde se encuentran los lujosos Hamptons, donde muchos neoyorquinos adinerados pasan el verano, alrededor del mediodía local (16H00 GMT) del domingo.
"Será un evento de aproximadamente 26 horas", agregó Cuomo, y advirtió a los neoyorquinos que esperen "cortes de energía significativos" e "inundaciones significativas" en algunos suburbios de la Gran Manzana.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, en su último boletín, advirtió de "una peligrosa marejada ciclónica, condiciones de huracán e inundaciones" en áreas del sur de Nueva Inglaterra y Long Island.
Con vientos de hasta 120 km/h actualmente, Henri provocará entre 7 y 15 cm de precipitaciones en toda la región, y hasta 25 cm en algunos lugares, estimó el NHC, al advertir del riesgo de inundaciones.
Una parte del noreste de Estados Unidos, incluyendo Nueva York, fue puesta en alerta el viernes por Henri, que podría convertirse en el primer huracán en 30 años en llegar a la costa de Nueva Inglaterra.
"El último huracán que tocó tierra en Nueva Inglaterra fue Bob en 1991", dijo a la AFP Dennis Feltgen, portavoz del NHC.
Ese huracán causó la muerte de al menos 17 personas en la costa este.
El último huracán que tocó tierra en Long Island fue Gloria, en 1985.
Ante la amenaza, varios gobernadores pidieron a la población que fuera prudente.
En Massachusetts, el estado en que se encuentra la ciudad de Boston, el gobernador Charlie Baker pidió "evitar los viajes innecesarios", especialmente en las zonas costeras.
En ese estado, donde todas las playas y parques estarán cerrados entre el sábado y el lunes, el huracán podría provocar cortes de electricidad que afectarían a entre 100.000 y 300.000 residentes, según la oficina del gobernador.