Libia ha sido escenario de crímenes de guerra y contra la humanidad desde 2016, concluyó este lunes una misión de investigación de la ONU, coincidiendo con el descubrimiento de nuevas fosas comunes en la ciudad de Tarhuna, al sureste de Trípoli.
"Hay motivos para pensar que se han cometido crímenes de guerra en Libia, mientras que los actos violentos perpetrados en las cárceles y contra los migrantes en el país pueden constituir crímenes contra la humanidad", subrayaron los expertos, confirmando así unos hechos denunciados desde hacía tiempo.
Sin embargo, esta misión independiente decidió no publicar "la lista de individuos y grupos (tanto libios como extranjeros) que podrían ser responsables de las violaciones, abusos y crímenes cometidos en Libia desde 2016".
"Esta lista confidencial seguirá siéndolo hasta que se tenga la necesidad de publicarla o compartirla" con organismos que puedan pedir cuentas a los responsables de las atrocidades.
Los autores del informe afirman que la justicia libia investiga la mayoría de los casos mencionados por la misión de la ONU, pero "el proceso para castigar a los culpables de violaciones o malos tratos se enfrenta a desafíos importantes".
La misión, compuesta por tres expertos, Mohamed Aujjar, Chaloka Beyani y Tracy Robinson; recabó centenares de documentos, entrevistó a 150 personas y llevó a cabo su investigación sobre el terreno, en Libia, y también en Túnez e Italia.
- Civiles, migrantes y prisioneros -
"Los civiles pagaron un alto precio" por la violencia que devasta Libia desde hace cinco años, subraya el informe, que igualmente confirma la presencia de mercenarios del grupo ruso de seguridad privada Wagner.
Además, también se refiere al reclutamiento de niños soldados sirios por parte del Gobierno de Unión Nacional (GNA) -facilitado por Turquía- y a los asesinatos de mujeres.
Los expertos también destacaron los abusos cometidos en Tarhuna, una localidad rural a unos 80 km al sureste de Trípoli, la capital, que fue escenario de secuestros, torturas y ejecuciones sumarias. Allí se han encontrado decenas de fosas comunes desde verano de 2020.
Recientemente, se hallaron nuevas fosas comunes y diez cuerpos no identificados en ese municipio, anunció este lunes la autoridad libia encargada de los desaparecidos.
La existencia de fosas comunes fue denunciada por primera vez después de que las fuerzas del mariscal Jalifa Haftar, que gobierna en el este del país, salieran de esa localidad en junio de 2020.
Desde entonces, se han encontrado allí más de 150 cadáveres.
Por otro lado, los migrantes que intentan llegar a Europa desde Libia son objeto de todo tipo de violencia "en los centros de detención y a causa de los traficantes", denunció Chaloka Beyani.
"Nuestra investigación muestra que los actores estatales y no estatales perpetran agresiones contra migrantes a gran escala, con un alto grado de organización y animados por el Estado", señala el informe. "Un conjunto de características que llevan a pensar que se trata de crímenes contra la humanidad".
El viernes y el sábado, las autoridades libias llevaron a cabo una operación "antidrogas" en una barriada pobre de Trípoli que apuntó principalmente contra migrantes indocumentados, y que se saldó con un muerto y al menos quince heridos, indicó el domingo la antena de la ONU en Libia.
Los expertos también destacaron la situación en las cárceles libias, donde las torturas son frecuentes y los presos no reciben visitas de familiares.
Tanto el Estado como las milicias recurren a detenciones arbitrarias en prisiones secretas, en unas condiciones insoportables, contra todo aquel que sea percibido como una amenaza.
El informe será presentado al Consejo de Derechos humanos, la máxima instancia de la ONU en este ámbito, el 7 de octubre en Ginebra.