Una destacada figura opositora en Bielorrusia, Maria Kolesnikova, fue detenida este lunes, según varios testigos, un día después de la multitudinaria manifestación en Minsk contra la reelección del presidente Alexander Lukashenko, en la que se realizaron 633 arrestos, la represión más importante desde principios de agosto.
Diversos testigos informaron de la detención el lunes de Kolesnikova, una de las pocas figuras opositoras que no se ha exiliado en el extranjero, informó su equipo de campaña. Los testimonios recogidos por sus colaboradores indicaron que la activista fue transportada el lunes por desconocidos en un vehículo.
Según el consejo de coordinación de la oposición, del que es miembro Kolesnikova, la política fue "secuestrada". Desde entonces, no responde al teléfono, como dos miembros de su equipo.
La líder opositora Svetlana Tijanóvskaya, refugiada en Lituania, acusó a las autoridades bielorrusas de librar una política del "terror". "Están equivocadas si piensan que esto nos va a detener. Cuanto más intimidan, más la gente saldrá" a la calle, añadió.
"Es evidente que estos métodos son ilegales y no pueden llevar a ningún otro resultado que no sea el empeoramiento de la situación", afirmó por su parte el consejo de coordinación de la oposición, del que Kolesnikova es miembro y contra el que se ha abierto causa judicial.
Peter Stano, portavoz de la Comisión Europea, denunció como "inaceptable" la "represión continua de las autoridades contra la población civil, los manifestantes pacíficos y militantes políticos".
Interrogado por la AFP, el ministerio del Interior bielorruso dijo no tener información sobre la detención de Kolesnikova y sus colaboradores.
El lunes, una manifestación reunió, por cuarto fin de semana consecutivo, a más de 100.000 personas en Minsk, pese al impresionante despliegue de fuerzas de seguridad y del ejército en la capital.
"En total 633 personas fueron detenidas ayer (domingo) por infringir la ley durante las manifestaciones", indicó el ministerio de Interior en un comunicado.
Según el ministerio, 363 de ellas seguían en detención provisional el lunes, a la espera de que sus casos fueran examinados por los tribunales.
Se trata del mayor número de arrestos durante una manifestación opositora desde que surgieron estas protestas, tras la controvertida reelección de Lukashenko el pasado 9 de agosto.
Imágenes del domingo mostraban a hombres con el rostro cubierto, vestidos de civil y armados con porras, circulando por el centro de la ciudad y persiguiendo a los manifestantes.
Otras acciones de protesta tuvieron lugar en otras ciudades como Grodno (oeste) o Brest (oeste).
Lukashenko, de 66 años, en el poder desde 1994 y cuya reelección es considerada fraudulenta por la oposición, continúa por su parte descartando cualquier diálogo y busca el apoyo de Moscú. Lejos de retroceder, las autoridades multiplicaron esta semana las detenciones durante protestas de estudiantes, que se pusieron en huelga al inicio del año escolar el 1 de septiembre.
Apoyo ruso
La respuesta represiva también alcanza a los periodistas bielorrusos, de los cuales unos veinte fueron detenidos. Otros colaboradores de medios extranjeros, entre ellos la AFP, se quedaron sin acreditación.
La represión fue especialmente brutal en los días que siguieron a las elecciones: al menos tres personas murieron, decenas resultaron heridas y más de 7.000 fueron detenidas durante las primeras manifestaciones. Además se documentaron numerosos casos de torturas y malos tratos.
Desde entonces, las detenciones masivas se han reducido, pero el régimen aumenta la presión contra trabajadores en huelga o figuras de la oposición, varias de las cuales se refugiaron en el extranjero por temor a ser arrestadas, como Tijanóvskaya.
Otro rostro destacado de la oposición, Olga Kovalkova, anunció el sábado que se había ido a Polonia tras haber recibido amenazas de los servicios de inteligencia bielorrusos.
Lukashenko, que antes de los comicios criticaba los intentos de "desestabilización" rusos, denuncia ahora un "complot" occidental e intenta acercarse a Rusia, su más cercano aliado y socio económico.
Moscú intensificó su apoyo con la visita a Minsk el jueves de su primer ministro, Mijaíl Mishustin, en el primer viaje de este nivel desde el inicio de la crisis.
Los países europeos, por su parte, han rechazado los resultados de las elecciones presidenciales y preparan sanciones contra importantes responsables bielorrusos. Stano dijo que las sanciones serían adoptadas "próximamente".