Decenas de personas resultaron heridas por asfixia o impacto de botes de gases lacrimógenos lanzados por las fuerzas de seguridad en varias ciudades de Sudán, que son escenario de protestas multitudinarias en rechazo al golpe de Estado perpetrado por los militares el pasado 25 de octubre.
Miles de manifestantes salieron a las calles de varias ciudades de Sudán este sábado, en respuesta a la convocatoria de los denominados comités de resistencia y plataformas opositoras para mostrar su rechazo al golpe de Estado y pedir el restablecimiento del Gobierno disuelto en la asonada, así como la liberación de los políticos detenidos.
El miembro del comité de resistencia de Jartum Norte, Mohamed Abas, dijo a Efe que "decenas de personas resultaron heridas de asfixia y otras causas debido al uso de botes de gases lacrimógenos" en ese estado, en la ciudad de Um Durman, vecina de la capital Jartum, y en el estado del Este del Nilo.
Según Abás, una veintena de vehículos de las fuerzas de seguridad "cercaron la zona de concentración de los manifestantes" en Jartum Norte y dispersaron a los participantes utilizando "gases lacrimógenos y porras", lo que causó que tres manifestantes que sufrieron lesiones faciales fueran trasladados al hospital.
Testigos aseguraron a Efe que la Policía también utilizó los mismos métodos antidisturbios en el sur de Jartum, donde al menos 15 personas sufrieron lesiones de asfixia.
Por su parte, el Comité de Médicos de Sudán, que hace el recuentos de heridos y muertos en las protestas, denunció en un comunicado que los manifestantes "están siendo expuestos a una represión extrema", y que las fuerzas de seguridad están utilizando "balas en algunas zonas de la capital".
Hasta el momento, según el comité, no se han registrado muertes.
Desde primera hora de la mañana las fuerzas de seguridad han cerrado las principales vías de Jartum con alambradas, entre ellas la carretera del aeropuerto, para impedir que los manifestantes lleguen a las instalaciones militares de la capital.
La comunidad internacional y organizaciones como la ONU han urgido a los militares sudaneses que perpetraron el golpe que permitan a los sudaneses protestar libremente, después de que las manifestaciones que sucedieron la asonada del 25 de octubre se saldaron con al menos 14 muertos.
El líder militar sudanés, Abdelfatah al Burhan, emitió el jueves un decreto para crear un nuevo consejo de gobierno con él mismo como presidente, después de haber disuelto todas las instituciones en el golpe de Estado.
Tras la asonada, Al Burhan declaró el estado de emergencia y detuvo a un gran número de líderes políticos, entre ellos el ex primer ministro Abdalá Hamdok, que permanece en arresto domiciliario.