Sosse Krikorian prepara incansable cajas con ayuda humanitaria para apoyar a la "madre patria": forma parte de la gigantesca comunidad armenia en Los Ángeles, movilizada desde que se reanudaron los combates en Nagorno Karabaj.
"Apenas comenzó comenzamos a preguntarnos qué podíamos hacer y nos pusimos a trabajar inmediatamente", dijo a la AFP esta universitaria de 21 años, que estudió en escuelas armenias desde el preescolar. "Tengo una conexión muy cercana".
De los 1,5 a 2 millones de armenios en Estados Unidos, aproximadamente 1 millón está en California --una las mayores cantidades del mundo--, según el Comité Nacional Armenio (ANCA).
"La población total de Armenia es de unos 3 millones, y la diáspora es de entre 9 y 10 millones, pero todos estamos muy conectados con nuestra patria", explicó Nora Hovsepian, presidenta del capítulo de la ANCA en el oeste estadounidense y cuyos antepasados huyeron del genocidio de hace más de un siglo.
"Armenia es sagrada para nosotros", indicó esta mujer nacida en Estados Unidos.
A finales de septiembre estallaron los combates entre Armenia y Azerbaiyán en Nagorno Karabaj, un territorio habitado casi en su totalidad por armenios, que se separó de Azerbaiyán tras la caída de la Unión Soviética.
Las dos partes se culpan mutuamente de la reanudación de las hostilidades, que, según informes oficiales muy parciales, ya han provocado varios cientos de muertes.
Manifestaciones, caravanas de autos con banderas armenias, colecta de fondos entre pequeños comerciantes en el distrito de la "Pequeña Armenia": la comunidad ha estado muy movilizada las última dos semanas.
Incluso estrellas de origen armenio, como la cantante Cher o Kim Kardashian, han utilizado las redes sociales para concienciar a sus millones de seguidores.
"Mi sangre, mis raíces"
Sosse Krikorian, que quiere mudarse a Armenia después de la universidad, colabora juntos a sus padres y otros muchos voluntarios a recoger, clasificar y empaquetar equipos médicos y botiquines de primeros auxilios, que quieren enviar al frente de batalla para ayudar a heridos y desplazados de "Artsakh", el nombre que los armenios dieron a Nagorno Karabaj.
"Ya hemos enviado más de 1.000 cajas de ayuda médica y tenemos otro avión previsto para pronto", dijo el padre de Sosse, Joe Krikorian.
Jefe de una empresa de formación en primeros auxilios, Joe fundó hace varios años la ONG Code 3 Angels, con la que realiza regularmente misiones de formación médica en Armenia y Nagorno Karabaj, donde tiene muchos contactos y amigos.
"Les faltan muchas cosas, recibimos llamadas todos los días: 'nos estamos quedando sin puntos de sutura, necesitamos torniquetes' y queremos llevarlo lo más rápido posible", explica este estadounidense nacido en el Líbano hace 48 años, que aunque no tiene la nacionalidad considera que "Armenia es mi sangre, mis raíces".
Tanto así que puso su empresa en pausa mientras coordina las labores de ayuda humanitaria, asistido por voluntarios, entre los que destacó hay también "amigos libaneses y vecinos no armenios".
Code 3 Angels centraliza la recolección de ayuda médica. Otra ONG se encarga de recibir ropa y alimentos.
El principal problema que enfrentan no es la colecta, sino la entrega en la zona de conflicto, destacó Raffi Sarkissian, uno de los líderes de ANCA.
"Hay muchos temas logísticos, volar sobre ciertos territorios no es tan simple" y con el bombardeo, llegar a la capital de Nagorno Karabaj, Stepanakert, "es muy, muy arriesgado", explicó a la AFP mientras prepara una misión desde para visitar la región e identificar prioridades.
"Tenemos que ir al terreno para ver con las autoridades locales lo que realmente necesitan", señaló.