El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, asistió el miércoles por la mañana a una misa en la Catedral de San Mateo en Washington, acompañado por líderes demócratas y republicanos del Congreso, un símbolo de unidad a tres horas del inicio de su mandato.
El futuro 46° presidente de Estados Unidos, un católico devoto, estuvo acompañado por su esposa Jill Biden, los demócratas Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, y Chuck Schumer, líder de la minoría del Senado, así como por los líderes republicanos en la Cámara Alta, Mitch McConnell, y la Cámara Baja, Kevin McCarthy.
Biden, de 78 años, prestará juramento poco antes del mediodía (17H00 GMT) frente al Capitolio, que fue blanco de un ataque por parte de manifestantes pro-Trump hace exactamente dos semanas.
Cinco personas murieron en el caos desatado en la sede del Congreso el 6 de enero.
La toma provocó una histórica segunda acusación de Trump por parte de la Cámara de Representantes controlada por los demócratas. El mandatario republicano es el primer presidente en ser acusado dos veces. Su juicio político debe ahora llevarse a cabo en el Senado, pero aún no se ha fijado la fecha.
McCarthy y McConnell, aliados leales durante mucho tiempo del multimillonario republicano, le dirigieron duras palabras después del ataque al Capitolio.
McCarthy dijo que Trump "tiene responsabilidad" por incitar a los disturbios y debería haber denunciado inmediatamente a la multitud cuando vio lo que estaba sucediendo. Pero agregó que pensaba que el juicio político era un "error" y votó en contra.
McConnell, en rotunda ruptura con Trump, no descartó condenar al presidente en el juicio del Senado.
"La turba fue alimentada con mentiras", afirmó el influyente legislador en un discurso en el Senado el martes.
"Fueron provocados por el presidente y otras personas poderosas", añadió.
"Y trataron de usar el miedo y la violencia para detener" la certificación de las elecciones del 3 de noviembre, en las que Trump perdió la reelección con Biden, dijo McConnell.