Al menos 90 personas murieron en las últimas 24 horas en los enfrentamientos entre rebeldes hutíes y fuerzas leales al gobierno en la estratégica región de Marib, en el norte de Yemen, según fuentes militares gubernamentales.
Los rebeldes, respaldados por Irán, lanzaron una ofensiva en febrero para controlar Marib, el último bastión en el norte en manos de las fuerzas gubernamentales, que, por su parte, cuentan con el apoyo de una coalición liderada por Arabia Saudita.
En los enfrentamientos murieron 90 combatientes, entre ellos 32 de las fuerzas progubernamentales y tribus leales, indicaron estas fuentes a la AFP. Los combates también dejaron decenas de heridos.
Violentos choques se registraron en seis frentes. Las fuerzas gubernamentales pudieron contrarrestar los ataques de los hutíes, que sólo pudieron avanzar en el frente de Kasara, al noroeste de la ciudad de Marib, precisaron.
La aviación saudita, por su parte, llevó a cabo varios bombardeos contra objetivos hutíes y mataron al menos 58 rebeldes e hirieron a varias decenas, agregaron.
Los rebeldes, que no suelen informar sobre las bajas en sus filas, no confirmaron el balance.
En los más de seis años de guerra, sus fuerzas consiguieron tomar el control de gran parte del norte de Yemen, como la capital Saná.
La toma de Marib representaría un duro revés para el gobierno yemení y para su aliado saudita. En paralelo, los hutíes multiplican sus ataques contra el reino vecino.
El viernes, la metralla de los proyectiles lanzados por los hutíes e interceptados por los sauditas hirieron a dos civiles, entre ellos "un niño de diez años" en el suroeste del reino, según la agencia de prensa oficial SPA.
Estados Unidos llamó a los hutíes a la desescalada, mientras que la ONU teme que se agrave en Marib y en todo el país la crisis humanitaria, la peor del mundo según la organización.