La superficie en la que siembra de amapola en México aumentó un 12 por ciento en apenas un año, pese a las campañas de erradicación del Gobierno Federal, denunció este jueves la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglás en inglés).
Durante la presentación de resultados del monitoreo de plantíos de amapola correspondientes a 2019 y 2020, el brazo de las Naciones Unidas (ONU) expuso que entre esos años la superficie pasó de 21 mil 500 a 24 mil 100 hectáreas.
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La amapola es una planta con la cual se puede producir opio, que a su vez funciona para la elaboración de heroína, droga que tiene un valor estimado desde los 35 mil hasta los 75 mil dólares el kilogramo.
De acuerdo con este trabajo –también conocido como Proyecto MEXK54– son Guerrero, Nayarit, Oaxaca, Sinaloa, Chihuahua y Durango, las entidades que reportan las más grandes cantidades de planta sembrada.
Tanto en las demarcaciones costeras, como en el llamado “Triángulo Dorado”, la UNODC detalló que las principales áreas donde se concreta esta actividad es en las zonas lejanas de difícil acceso, tales como las montañas y las sierras.
Aunque no es el año en el que más plantación se localizó, el monitoreo encontró que la cifra de finales de 2020 revirtió la tendencia a la baja que se venía gestando desde 2017, cuando se reportaron 30 mil 600 hectáreas, la cantidad más alta hasta ahora.
Lo anterior, a pesar de las acciones implementadas por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador a través de las secretarías de Marina, Defensa Nacional y la Fiscalía General de la República, que en su conjunto lograron la destrucción de casi 12 mil hectáreas, es decir, unos 249 mil 600 kilogramos de goma de opio.
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Estos números se han repetido en los últimos dos años, lo cual es una significante reducción con respecto a las 23 mil 691 que fueron destruídas en 2018 y las 29 mil 824 de 2017, sin que el estudio explique las posibles causas de esta disminución.
