/ miércoles 13 de mayo de 2020

Discapacitados en México, sin apoyos y vulnerables al Covid-19

El 70 por ciento de este sector de la población no tiene acceso a un empleo formal, por lo que dependen de trabajos sin prestaciones sociales o el autoempleo

"Desde hace 18 años padezco una lesión medular que me permite tener movimiento sólo del pecho para arriba. Siempre estoy en silla de ruedas. Mi discapacidad fue causada por la delincuencia, en 2002 quisieron asaltarme en una cantina y me dieron un balazo. Ahora soy músico y me dedico a dar talleres y clases de violín, también toco en un mariachi en fiestas de salón o conciertos de algunos artistas; sin embargo, desde que empezó la contingencia por el coronavirus, mis ingresos se han reducido 90 por ciento. Tengo un salario fijo como profesor de música en la alcaldía Iztacalco, pero es muy poco y no me alcanza. Algunos talleres que impartiría en Estados Unidos y Guadalajara ya fueron cancelados”, relata Julio Santiago (46 años) a El Sol de México.

De acuerdo con la Secretaría de Salud y la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas con discapacidad son consideradas grupos vulnerables ante el Covid-19, debido a que algunas de ellas pueden tener problemas de inmunosupresión que compliquen su estado de salud al contraer el virus. No obstante, su vulnerabilidad no cesa ahí.

“Yo nací sin piernas. La neta yo no sé qué sea eso del virus. La gente anda bien paniqueada. Me entero del virus por los compas que andan hablando aquí en los puestos, pero para mí todo sigue igual. Si no salgo a trabajar, ¿qué como? Yo no tengo a nadie. Todo el día me la paso aquí afuera del metro Observatorio vendiendo mis dulces. A veces me meto al metro y le doy a la boleada, pero eso ya no deja”, cuenta Emigdio López, de 56 años.

A más de dos meses de registrase el primer caso de Covid-19 en México, el distanciamiento social ha ayudado a contener los brotes de contagio en el país, pero también ha dejado a gran parte de la población sin su sustento.

Ante ello, un numeroso grupo de personas con discapacidad se debaten hoy entre la decisión de cuidar su salud o proteger su fuente de ingresos.

La Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid) del Inegi, realizada en 2018, indica que al menos 7.7 millones de mexicanos de cinco años o más, es decir, 6.7 por ciento de la población, tienen alguna discapacidad. De esta cifra, según la Fundación Paralife, 70 por ciento no logra conseguir un empleo formal.

El Inegi detalla que 38.5 por ciento de las personas con discapacidad que tienen 15 años o más forman parte de la población económicamente activa.

“En 2005 tuve un accidente en motocicleta y desde entonces tengo una amputación transfemoral en la pierna derecha. Puedo caminar gracias a la prótesis que tengo. Mis ingresos provienen de dos actividades: la compra-venta de autos y una tintorería, pero desde que empezó la contingencia, los clientes han bajado mucho. Se nota que no hay dinero, con esto del coronavirus las ventas han caído mucho más. De la tintorería ni se diga, nunca he tenido un salario fijo”, detalla Mario Vallejo, de 48 años, originario de Toluca.

Un informe del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) reveló que 54 por ciento de los mexicanos que padecen alguna discapacidad motriz o intelectual se encuentra en condiciones de pobreza.

Julio Santiago relata que siempre ha dependido de sus trabajos por fuera, pero ahora está viviendo de lo que tiene ahorrado. “No sé si mis ahorros vayan a ser suficientes para lo que dure esta cuarentena. Unos alumnos han aceptado tomar clases de violín en línea y eso me mantiene activo.”

Por su parte, Mario Vallejo asevera que el ser emprendedor hace que dependa directamente de sus ingresos diarios. Admite que le da miedo contagiarse, más como discapacitado, pero él no ve posible que pueda cumplir el encierro al cien por ciento porque tiene esposa e hijos que mantener.

“La situación económica es mucho peor para las personas con discapacidad, las ventas me bajaron 80 por ciento. Tengo tres empleadas, tres familias que dependen de la tintorería y lo que estamos haciendo es que trabajan la mitad de días y cobran la mitad de sueldo”, continúa.

Los datos proporcionados por la Enadid destacan que 50.9 por ciento de las personas con discapacidad son adultos mayores, lo que significa que los riesgos en medio de la epidemia en México aumentan, no sólo por casos de inmunosupresión ocasionados por su discapacidad, sino por posibles padecimientos crónicos, lesiones y su condición económica.

El Inegi considera a las personas con discapacidad como el grupo social más discriminado del país.

PROGRAMAS INSUFICIENTES

“Me llamo Gustavo Estrada, tengo 22 años y tengo una amputación transfemoral. Me dedico a la mecánica automotriz y al atletismo paralímpico, soy velocista, 100 y 200 metros, también hago salto de longitud, pero ahorita con la situación del Covid-19 está parado todo. Yo estaba buscando marcas para poder acercarme a los juegos paralímpicos, pero se cancelaron las competiciones y los patrocinios.”

El atleta platica que en la mecánica ahora no hay nada de trabajo y está en busca de otras alternativas laborales, como pintar casas o cualquier otra cosa. Por parte del atletismo no recibe ningún apoyo porque es de recién ingreso. El gobierno federal da un apoyo bimestral, pero confiesa que fue difícil conseguirlo.

Aunque las autoridades de salud federales consideran a las personas con discapacidad entre los grupos sociales vulnerables, no se ha establecido hasta el cierre de esta edición un programa de apoyo que ayude a estas personas a no exponerse en la emergencia sanitaria.

“El gobierno debería brindarnos apoyos económicos como lo han hecho en otros países. Estímulos de aquí a tres meses, por lo menos. La obligación de las autoridades es brindarnos algún estímulo, en primera, porque somos personas con discapacidad, y en segunda, porque somos vulnerables”, expresa Mario Vallejo.

El 25 de marzo, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que se adelantarían cuatro meses de los apoyos a menores de edad con discapacidad. No obstante, más de la mitad de esta población son adultos mayores.

El 1 de mayo se presentó la Guía para la protección de la salud de las personas con discapacidad, enfocada en aspectos como la comunicación, los cuidados, la vigilancia y las medidas de prevención pertinentes, dejando fuera los apoyos económicos.

TELETÓN TRATARÁ EL COVID

La Fundación Teletón firmó un convenio con el gobierno para la reconversión hospitalaria temporal de las instalaciones de Teletón para atender casos de Covid-19.


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"Desde hace 18 años padezco una lesión medular que me permite tener movimiento sólo del pecho para arriba. Siempre estoy en silla de ruedas. Mi discapacidad fue causada por la delincuencia, en 2002 quisieron asaltarme en una cantina y me dieron un balazo. Ahora soy músico y me dedico a dar talleres y clases de violín, también toco en un mariachi en fiestas de salón o conciertos de algunos artistas; sin embargo, desde que empezó la contingencia por el coronavirus, mis ingresos se han reducido 90 por ciento. Tengo un salario fijo como profesor de música en la alcaldía Iztacalco, pero es muy poco y no me alcanza. Algunos talleres que impartiría en Estados Unidos y Guadalajara ya fueron cancelados”, relata Julio Santiago (46 años) a El Sol de México.

De acuerdo con la Secretaría de Salud y la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas con discapacidad son consideradas grupos vulnerables ante el Covid-19, debido a que algunas de ellas pueden tener problemas de inmunosupresión que compliquen su estado de salud al contraer el virus. No obstante, su vulnerabilidad no cesa ahí.

“Yo nací sin piernas. La neta yo no sé qué sea eso del virus. La gente anda bien paniqueada. Me entero del virus por los compas que andan hablando aquí en los puestos, pero para mí todo sigue igual. Si no salgo a trabajar, ¿qué como? Yo no tengo a nadie. Todo el día me la paso aquí afuera del metro Observatorio vendiendo mis dulces. A veces me meto al metro y le doy a la boleada, pero eso ya no deja”, cuenta Emigdio López, de 56 años.

A más de dos meses de registrase el primer caso de Covid-19 en México, el distanciamiento social ha ayudado a contener los brotes de contagio en el país, pero también ha dejado a gran parte de la población sin su sustento.

Ante ello, un numeroso grupo de personas con discapacidad se debaten hoy entre la decisión de cuidar su salud o proteger su fuente de ingresos.

La Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid) del Inegi, realizada en 2018, indica que al menos 7.7 millones de mexicanos de cinco años o más, es decir, 6.7 por ciento de la población, tienen alguna discapacidad. De esta cifra, según la Fundación Paralife, 70 por ciento no logra conseguir un empleo formal.

El Inegi detalla que 38.5 por ciento de las personas con discapacidad que tienen 15 años o más forman parte de la población económicamente activa.

“En 2005 tuve un accidente en motocicleta y desde entonces tengo una amputación transfemoral en la pierna derecha. Puedo caminar gracias a la prótesis que tengo. Mis ingresos provienen de dos actividades: la compra-venta de autos y una tintorería, pero desde que empezó la contingencia, los clientes han bajado mucho. Se nota que no hay dinero, con esto del coronavirus las ventas han caído mucho más. De la tintorería ni se diga, nunca he tenido un salario fijo”, detalla Mario Vallejo, de 48 años, originario de Toluca.

Un informe del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) reveló que 54 por ciento de los mexicanos que padecen alguna discapacidad motriz o intelectual se encuentra en condiciones de pobreza.

Julio Santiago relata que siempre ha dependido de sus trabajos por fuera, pero ahora está viviendo de lo que tiene ahorrado. “No sé si mis ahorros vayan a ser suficientes para lo que dure esta cuarentena. Unos alumnos han aceptado tomar clases de violín en línea y eso me mantiene activo.”

Por su parte, Mario Vallejo asevera que el ser emprendedor hace que dependa directamente de sus ingresos diarios. Admite que le da miedo contagiarse, más como discapacitado, pero él no ve posible que pueda cumplir el encierro al cien por ciento porque tiene esposa e hijos que mantener.

“La situación económica es mucho peor para las personas con discapacidad, las ventas me bajaron 80 por ciento. Tengo tres empleadas, tres familias que dependen de la tintorería y lo que estamos haciendo es que trabajan la mitad de días y cobran la mitad de sueldo”, continúa.

Los datos proporcionados por la Enadid destacan que 50.9 por ciento de las personas con discapacidad son adultos mayores, lo que significa que los riesgos en medio de la epidemia en México aumentan, no sólo por casos de inmunosupresión ocasionados por su discapacidad, sino por posibles padecimientos crónicos, lesiones y su condición económica.

El Inegi considera a las personas con discapacidad como el grupo social más discriminado del país.

PROGRAMAS INSUFICIENTES

“Me llamo Gustavo Estrada, tengo 22 años y tengo una amputación transfemoral. Me dedico a la mecánica automotriz y al atletismo paralímpico, soy velocista, 100 y 200 metros, también hago salto de longitud, pero ahorita con la situación del Covid-19 está parado todo. Yo estaba buscando marcas para poder acercarme a los juegos paralímpicos, pero se cancelaron las competiciones y los patrocinios.”

El atleta platica que en la mecánica ahora no hay nada de trabajo y está en busca de otras alternativas laborales, como pintar casas o cualquier otra cosa. Por parte del atletismo no recibe ningún apoyo porque es de recién ingreso. El gobierno federal da un apoyo bimestral, pero confiesa que fue difícil conseguirlo.

Aunque las autoridades de salud federales consideran a las personas con discapacidad entre los grupos sociales vulnerables, no se ha establecido hasta el cierre de esta edición un programa de apoyo que ayude a estas personas a no exponerse en la emergencia sanitaria.

“El gobierno debería brindarnos apoyos económicos como lo han hecho en otros países. Estímulos de aquí a tres meses, por lo menos. La obligación de las autoridades es brindarnos algún estímulo, en primera, porque somos personas con discapacidad, y en segunda, porque somos vulnerables”, expresa Mario Vallejo.

El 25 de marzo, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que se adelantarían cuatro meses de los apoyos a menores de edad con discapacidad. No obstante, más de la mitad de esta población son adultos mayores.

El 1 de mayo se presentó la Guía para la protección de la salud de las personas con discapacidad, enfocada en aspectos como la comunicación, los cuidados, la vigilancia y las medidas de prevención pertinentes, dejando fuera los apoyos económicos.

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