Bandera Nacional exalta la riqueza natural de México

Redacción

  · sábado 24 de febrero de 2018

Foto: Notimex

Además de sintetizar la historia de México, la Bandera Nacional representa riqueza y biodviersidad natural que posee el país, destacó la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

En el Día de la Bandera, que se celebra este 24 de febrero, la dependencia explicó que el Escudo nacional que se encuentra en el centro de la franja blanca del lábaro patrio está conformado por especies emblemáticas como el águila real, el nopal y la serpiente de cascabel.

En su cuenta de Twitter @SEMARNAT_mx, explicó que el nopal está ligado a la identidad nacional desde el mito fundacional de Tenochtitlán; la vivora de cascabel, en la cosmovisión prehispánica, simboliza la comunión del cielo y la tierra, de lo espiritual y lo material.

Mientras que el águila, para los antiguos mexicanos era el ave celestial suprema, luz y vida, símbolo de honor, fuerza y valor del pueblo de Tenochtitlán.

En un comunicado, recordó que la historia que narra el recorrido que emprendieron los antiguos mexicanos de Aztlán, el islote poblado de garzas en Metztliapan, el lago de la Luna, en busca de la señal del dios Huitzilopochtli para fundar la Gran Tenochtitlán.

El otro islote donde habrían de asentar la nueva ciudad debía tener un águila posada sobre un nopal que devorara a una serpiente, aunque algunos historiadores afirman que la majestuosa ave sagrada engullía un pájaro.

Refirió que en la época de la Independencia, una dilación habría obligado al cura Hidalgo a improvisar un estandarte de la lucha con la imagen de la Virgen de Guadalupe.

El jefe militar insurgente del Sur, José María Morelos y Pavón, cura de Parácuaro, retomó en 1812 la bandera albiazul de los insurgentes pioneros, y sustituyó a la Guadalupana con el ícono fundacional de México: un águila que posa sobre un nopal.

En marzo de 1821, los jefes del Ejército Trigarante de Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide firmaron el Plan de Iguala y adoptaron por primera vez en la bandera los colores rojo, blanco y verde en franjas oblicuas con una estrella en cada una, más una corona al centro representando la transición hacia el primer imperio mexicano.

Como emperador en 1822, Iturbide adoptó definitivamente los mismos colores pero en posición vertical iniciando con el verde, y el blanco en medio ostentando un águila parada en su pie izquierdo sobre un nopal en el islote de una laguna, y la corona imperial.

“Así transita en la conciencia colectiva, desde los tiempos precolombinos hasta nuestros días, una biodiversidad que impregna el espíritu nacional y que, con especies emblemáticas como el águila real, el nopal y la serpiente de cascabel, entre otros elementos, representa en el lábaro patrio la extraordinaria riqueza natural de México”, destacó la Semarnat