Estamos viviendo tiempos de constante debate y polarización en el país. No importa cuál sea el tema, desde la máxima tribuna, que ahora existe en palacio nacional, todos los días se polariza a la sociedad.
Debemos aprender a diferenciar entre los hechos y las opiniones. Mientras todos podemos tener opiniones distintas sobre los temas, el hecho es el mismo, es solamente uno. El debate de las ideas, la ideología y demás asuntos abstractos se alimentan desde las mañaneras, la oposición ha caído constantemente en el juego del Presidente y se presta al debate estéril que solamente alimenta la narrativa presidencial, y ya vimos quién va ganando.
En cambio, están los hechos, todos esos datos que son irrefutables y que permiten entender con mayor claridad la realidad. Pocos hablan de ellos y al mismo tiempo son los argumentos más sólidos que podrían encontrar para una discusión.
La seguridad, generación de empleos, crecimiento económico y otros temas fundamentales que nos debe brindar el estado mexicano, la mayoría de las veces es debatido desde el abstracto, sin datos y sin ideas.
Dentro de este debate interminable en el que vivimos existe un tema que se vuelve el más sensible, el más cotidiano y el más fácil de detectar: el incremento en los precios, la inflación.
Y es que ésta, más allá de debates y discusiones estériles, pega directo al bolsillo de las familias y mina la calidad de vida.
Julio ha sido el mes en el que hubo un mayor aumento en los precios de los alimentos en lo que va del año, y la inflación que tenemos es la más alta de los últimos 20 años, ahí es donde más allá de debates y discursos, la población resiente el impacto económico y afecta de manera directa su día a día.
El incremento de precios se vuelve una realidad, y ésta supera por mucho las percepciones que se pueda tener sobre la situación del país. La inflación se puede convertir en ese despertar social que mine la aprobación del Presidente y naturalmente de su partido hacia adelante, ya que tiene un impacto cotidiano, diario y brutal contra las familias, y eso no es una opinión, sino un hecho.
*Diputado local PRI