Por tercera ocasión, el peruano Ricardo Manuel Banda Schreiber, creador del proyecto de viaje denominado “El mundo no tiene fin”, se encuentra en San Juan del Río. Aunque los motivos son diferentes a los de las primeras dos veces, este viajero vuelve a pisar el suelo de uno de los lugares que ha encontrado a lo largo de esta travesía que inició en 2016, cuando salió de Lima, Perú, con rumbo a Alaska.
Cuenta que el motivo de regresar a tierras sanjuanenses es porque su acompañante de viaje “Chuletas” (una perrita que adoptó en el Estado de México hace más de dos años) será sometida a una cirugía en una veterinaria de la ciudad. Mientras espera la hora para llevar a “Chuletas” a su cita, Ricardo recuerda sus travesías por el mundo, reflexiona sobre el cambio que ha tenido su vida en este 2023 y dibuja el futuro de una nueva aventura que tiene planeada.
En este último año, la vida de este amante de conocer el mundo ha dado un giro. Primero, contrajo matrimonio con una mujer radicada en este estado; luego, hace pocos meses se convirtió en papá, evento que lo ha llevado a replantearse algunas cosas, pero también a pensar nuevos planes, como el de viajar en familia. Dice que se ha germinado la idea de hacer partícipes a su esposa e hijo de su aventura.
“Estoy tratando de definir si es posible vivir y viajar en familia. Yo sé que era antes posible, estando soltero, pero quiero ver si es posible en familia. Entonces, ahorita, estoy estudiando un poco el mercado para emprender un viaje en familia, qué modificaciones vamos a tener que hacer en la combi, qué lugares podemos visitar. Queremos concentrarnos con este proyecto que podría durar algunos años hasta que el bebé tenga que ir a la escuela”, comenta.
Dice que si bien tiene consensuarlo con su esposa, es un plan que pretende arrancar a inicios del 2025. Apunta que el proyecto podría llamarse “Los visitantes”, pues la familia acudiría a distintos lugares de la república. Además, agrega que esta nueva travesía permitiría definir el lugar en donde se asentarían para hacer su vida.
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Mientras cuenta estos planes a futuro, calma los ladridos de “Boti”, un nuevo compañero perruno que se unió al viaje hace seis meses. Al mismo tiempo, Ricardo recuerda lo vivido durante su paso por Rusia en 2018, la cual califica como una de las mejores etapas de su vida. También, menciona que San Juan del Río se ha vuelto una de sus ciudades favorita, tanto por la comida como por la gente.
“Le agarré mucho cariño a San Juan, la gente es muy amable, la comida rica, muy económico todavía a diferencia de otras ciudades. Creo que la gente es lo que más me gustó, se hizo uno de mis lugares favoritos, mi lugar feliz, le llamo. Aquí y en Apaseo El Grande la experiencia con la gente ha sido muy buena”, resalta.
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