A pesar de los cientos de visitantes a los panteones de San Juandel Río, hay tumbas que no reciben la humedad del agua, el olor aflores frescas o las oraciones que con devoción dejan lasfamilias, ya sea por antigüedad o por sus parientes se olvidaronse visitarlos.
Los camposantos de esta demarcación albergan miles decadáveres que con ansias esperan ser visitados en alguna temporadael año, que alguien vaya y les cuente cómo se encuentran, que fuesu hogar o que simplemente coloquen una rosa sobre los epitafios,pero sobre todo quieren seguir en las memorias de susparientes.
Hay tumbas las cuales prevalecen desde hace años con fisuras,caída de piedras que dejan ver el paso de los años y el olvido enel que quedan en conjunto con la oxidación de los barrotes quefueron estructuradas para la colocación de flores que no llegan oque escuchan a los lejos las bellas canciones para otrosdifuntos.
Otras de estas criptas, son las de las familias antiguassanjuanenses de las cuales cada vez quedan pocos integrantes o quepor su edad ya no pueden desplazarse hasta el cementerio.