AMEALCO DE BONFIL, Qro.- Como cada 23 de enero, este año los habitantes de la comunidad de San Ildefonso Tultepec, en Amealco de Bonfil, celebraron sus fiestas patronales, que reunieron a miles de personas que se congregaron en distintas peregrinaciones, tanto de los barrios cercanos como de localidades del Estado de México, quienes elevaron sus plegarias para tener trabajo, salud, e incluso, para que en este año logren cruzar a Estados Unidos para mejorar su calidad de vida.

Las fiestas al santo patrono, San Ildefonso de Toledo se realizan a lo largo de tres días, y en esta ocasión fue del 22 al 24 de enero y alrededor del atrio de la Iglesia se hacen varias misas donde aprovechan para bautizar y confirmar a los niños; y muchos incluso se casan.

La tradición refiere que durante los días de fiesta, se hagan albas de cohetes y la tradicional “Danza de las Pastoras”, que son mujeres indígenas de todas las edades, portan el traje típico otomí de la región y bailan con un sombrero que está adornado con listones largos multicolores y algunos trozos de lluvia metálica; esta presentación es parte de una ofrenda para que en la temporada de siembra, la tierra sea fértil, haya lluvias y tengan buenas cosechas.

Este martes, durante la celebración en la comunidad, el pasillo de la iglesia lució muy colorido debido a la llegada de imágenes de santos de diversas localidades, en donde como ofrenda llevaban flores, canastas de dulces y al llegar encendían un copal con hierbas de la región, que también son utilizadas para la fabricación de medicina tradicional.

Tal es el caso de Irma González Barrón, de la comunidad de El Tepozán, quien comentó que su peregrinar fue de aproximadamente dos horas y acompañada de sus dos hijos fue a pedir por la salud de su mamá que se encuentra con reumas que le impiden caminar, y que en esta ocasión fue cargando una imagen de la Virgen de Guadalupe que pesa alrededor de 12 kilos.

“Mi mamacita tiene reumas en las piernas y por eso no pudo acompañarme en la peregrinación y venimos a pedir por ella, para que se levante de la cama con el favor de Dios y de la Virgen de Guadalupe. Me traje a mis dos niños para que aprendan a tener fe”.

Otro de los feligreses, fue Tomás Remigio Victoriano, habitante de La Concepción Pueblo, Aculco Estado de México; y llevó caminando hasta el templo de San Ildefonso la imagen de la Virgen Inmaculada en compañía de su familia y pidió por encontrar trabajo pronto, ya que desde hace algunas semanas no le salen trabajos de albañilería; a este lugar llegó también Oscar Alonso Martínez nativo de Aculco y aunque es la segunda vez que acude, se dijo emocionado de ver a la gran cantidad de gente que deja sus plegarias en el altar.

Rosa Blas Concepción es una jovencita de 16 años, que fue a pedir porque su novio deje de tomar y se enfoque en ir a la escuela para que después tengan un buen trabajo y mayores oportunidades para ayudarle a su familia.

“Traje a mi novio conmigo para pedirle al Santo Patrono que ya no se emborrache y que les ayude a sus papás a salir adelante. Aquí no hay mucho trabajo y si él se gasta lo que gana en cerveza menos le va a rendir”.

Otro de los feligreses que llegó a hasta esta capilla fue Mauricio Martínez Ascencio de la comunidad de San Lucas Totomayola, Estado de México quien relató que desde hace cuatro años se involucró en las peregrinaciones, al encabezar procesiones con oraciones y alabanzas; sin embargo, a partir de este año su devoción se hizo más presente, toda vez que a una de sus hijas le arrebataron la vida cerca de El Bothé, Amealco, así que cada paso que da, lo hace pensando en que se castigue al responsable y su familia consiga la paz.

“Yo desde pequeño ando en esto, cargando con la imagen de la Virgen de San Juan de los Lagos, ella es nuestra patrona y en ocho días la voy a llevar a la Basílica de Guadalupe. En noviembre me asesinaron a mi hija y sólo quiero que las leyes castiguen a los responsables y nosotros estar bien con Dios”, lamentó.

Dentro de la organización de la fiesta en San Ildefonso también se reúnen grupos de todos los géneros a cantar y se hacen largos pabellones de comerciantes que ofertan artesanías de la zona indígena como: muñecas, servilletas, figuras de barro y toda clase de dijes de tela.