Una de las principales tradiciones que resalta en la cultura mexicana es el 2 de febrero, fecha en que el Niño Dios fue presentando en el templo después de la cuarentena, la cual es conmemorada con los tradicionales tamales que este día tendrán que pagar quienes encontraron su figura el 6 de enero en la rosca de reyes.
La elaboración del tamal no es sencilla y en los últimos años se ha convertido en una verdadera labor y arte porque además se ha ido innovando sin perder su esencia original, con la elaboración de tamales de sabores como chocolate, piña con coco, limón, fresa, guayaba, cajeta, acitrón, verdolagas con carne de cerdo, además de los tradicionales de pollo con salsa verde, queso con salsa roja, rajas con queso y dulce con pasas.
Con tres décadas de preparar y vender tamales en la calle Pino Suarez Sur en el centro de la ciudad, doña Vicky relata que la ardua labor de preparar los tamales comienza desde madrugada, pero durante fechas especiales como el Día de la Candelaria esta tarea incrementa por los pedidos y apartados que con anticipación se realizan por quienes la conocen, y como cada año recurren a sus tamales para conmemorar el Día de la Candelaria.
La jornada para la preparación de los tamales puede variar, ya que todo depende del número de estos, casi siempre son más de 100, por lo que para ello regularmente se llevan cuatro horas, tomando en cuenta que las hojas de maíz previo se pusieron a remojar en agua, además de la cocción y sazón de las salsas, así como la carne de pollo deshebrada y queso para el relleno.
Para el caso de los tamales dulces, se ocupa el mayor número de productos naturales, como es el caso de los de cajeta, aunque sigue siendo el de azúcar con pasas el más buscado.
Este alimento de origen prehispánico, aseguró que sigue siendo uno de los más buscados el Día de la Candelaria, por lo que, este año el número de pedidos no ha sido como el año pasado, atribuible a que se han generado muchos gastos como consecuencia de la pandemia.
Finalmente, compartió que uno de los productos que asimismo no pueden faltar con los tamales es el tradicional champurrado, bebida a base de masa, piloncillo y canela, y para quienes prefieren otros sabores hay de limón, galleta, guayaba y dulce de leche, todos estos elaborados con productos naturales.