En comunidades como Visthaá y San Pedro Ahucatlán del municipio de San Juan del Río y la comunidad de San Nicolás, Tequisquiapan son consideradas como las zonas de tabiqueros, lugar donde se producen materias primas para grandes construcciones desde una sencilla casa a grandes mansiones.
Los materiales que se requieren para su elaboración son tierra negra, barro, arena, estiércol de origen animal, la mezcla de ambos materiales y el reposo en humedad, para hacer una materia uniforme y empezar a llenar el molde se hace de manera manual, utilizando pies y manos de los trabajadores y en algunos casos son familiares los que los elaboran, incluyendo a niños, quienes lo hacen como un juego, pero que al final les deriva un apoyo económico, posteriormente esperar a su secado, que ante las condiciones climatológicas durará hasta 48 horas en secarse.
Una vez que se encuentra totalmente seco, estos se meten en hornos donde se colocan de manera cruzada, para permitir la combustión donde permanecen por 24 horas de acuerdo del espacio del horno que varía desde 10 mil hasta las 30 mil piezas, dependiendo de su tamaño, como la cuña, el tabique tradicional, solerón, listoncillo y adobe este último no se cuece.
Son quemados en algunos casos con leña, algunos utilizan aceite automotriz como combustión y algunos como en Visthá donde usan de manera clandestina materiales como plásticos, llantas, basura; originando males pulmonares debido al humo, el cual contamina el ambiente y es común ver la zona urbana con una nata de humo.
En diferentes administraciones de gobierno, se han creado hornos ecológicos y reforzado los tradicionales, pero debido a los altos costos de traslado de materias primas, algunos ya se han visto en la necesidad de cerrarlos, dejando este oficio por muchos años.