El secuestro de Diego Fernández de Cevallos ocurrido el 14 de mayo de 2010, fue un hecho que sacudió a toda la élite política en México, de tal magnitud que, el entonces presidente de la república, Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), estuvo a punto de cancelar una gira de trabajo que tenía preparada en el extranjero, la liberación de “El Jefe Diego” fue en diciembre del mismo año.
Diego Fernández de Cevallos, había partido de la ciudad de Querétaro a bordo de su camioneta, con destino a su rancho La Cabaña en el municipio de Pedro Escobedo, eran aproximadamente las 11 de la noche del viernes 14 de mayo de 2010, cuando arribó a dicho lugar.
En algún momento, un grupo de sujetos lo bajaron y se lo llevaron con rumbo desconocido, siendo hasta las siete de la mañana del sábado 15 que personal del rancho se percató de lo que había ocurrido y dieron parte a la familia que de inmediato se contactó con las autoridades.
El presidente, ordenó a la entonces Procuraduría General de la República (PGR) una búsqueda meticulosa del prominente panista, siendo el velador del rancho uno de los principales sospechosos por la desaparición del ex legislador, además de que en la camioneta se encontraron visibles marcas de violencia y manchas de sangre.
El mandatario aseguró desde su gira en España, que había hablado con la familia la cual se encontraba en un estado anímico bien, esta acción la hizo con el fin de que el político supiera que todos en su casa estaban firmes ante la situación.
A cuatro días de su desaparición, la familia del excandidato presidencial panista, pidió a los captores que entablarán con ellos comunicación para negociar su liberación sin embargo, el tiempo transcurrió y no se había tenido ningún tipo de contacto.
Fue el 21 de mayo, a siete días del secuestro, cuando el hijo de Diego pidió a las autoridades mantenerse al margen de la investigación para favorecer la negociación de la libertad, por lo que días más tarde la PGR, anunció que suspendería toda indagatoria para respetar el deseo de la familia.
Durante el mes de julio de ese año, trascendió una fotografía de “El Jefe Diego” donde sostenía una revista, además de una carta escrita por propio puño y letra del político, todas estas pruebas fueron suficientes para que la familia asegurara que se encontraba con bien.
A 100 días de su desaparición, en agosto, lejos de la mira de las autoridades surgió un fuerte rumor sobre la libertad del político panista, sin embargo, eso no sucedió, para entonces la cúpula panista exigía la aparición del político.
Por varios puntos de la capital queretana se podían observar algunos espectaculares, que decían: “Diego estamos contigo, por un Querétaro seguro y en Paz, PAN” y la imagen de Diego Fernández de Cevallos en una curul.
Para septiembre, nuevamente se volvió a difundir una fotografía donde se observa al hombre semidesnudo, con los ojos vendados y sosteniendo una revista donde se le observa junto al ex presidente de México, Carlos Salinas de Gortari (1988 – 1994), además de una carta que habló sobre el político, lo cual fortaleció la tesis de que el asunto tenía un tinte político.
Para el mes de diciembre, un boletín difundido en prensa denominado "Epilogo de una desaparición", afirmó que “El Jefe Diego” sería liberado y que su captura fue un “secuestro político”, dicha liberación fue confirmada el 20 del mismo mes, reportando su estado de salud bueno luego de que el rescate que pidieron sus plagiarios fue cubierto en su totalidad.
Finalmente, el exitoso abogado tras su liberación y sus primeras apariciones públicas, su declaración giraba en torno a que había perdonado a sus secuestradores.
Fue en el 2014, que Daniel Fernández Domínguez de mote “El Pelacas” fue detenido en medio de un impresionante dispositivo de la PGR en una lujosa mansión en la ciudad de Puebla, desde su captura, fue señalado como el secuestrador del político panista por otro delincuente, Óscar Osvaldo García, alias “El Compayito”, quien era líder del crimen organizado.
“El Pelacas” fue recluido en el Centro Federal de Readaptación Social Número Uno Altiplano, ubicado en Almoloya de Juárez, en el Estado de México.