Santería y esoterismo, un alimento para la fe

Al local de don Dani asiste todo tipo de personas, dice que el estatus social no importa para la fe y la búsqueda de respuestas más allá de lo terrenal

Mario Luna | El Sol de San Juan del Río

  · domingo 22 de enero de 2023

Foto: Mario Luna | El Sol de San Juan del Río

En las extrañas del Mercado Reforma, en San Juan del Río, existe un pequeño lugar mágico o al menos así es como lo describen las personas que lo atienden. En ese espacio, recién remodelado, convergen los aromas, los colores, las texturas, las creencias, la energía y la fe de quienes lo visitan a diario.

La santería y el esoterismo son prácticas que han prevalecido en la sociedad mexicana a lo largo de los siglos. La primera, traída desde África, viendo su maduración en los países caribeños para luego ser dispersada por todas las regiones de América. La segunda, el resultado de un sincretismo del México Prehispánico y la fe católica llegada desde España, y a través de la cual se busca creer en la magia, buscar respuestas, arañar lo divino.

Para don Dani, como le conocen comúnmente, estas prácticas son parte de la idiosincrasia de todos los países de América y cree que han subsistido hasta el día de hoy por ser una herencia de los pueblos originarios. Cuenta que quienes se acercan a estas experiencias se alejan de las explicaciones racionales y terrenales para buscar respuestas y soluciones en lo místico.

Avizora en un descenso para las próximas semanas./Foto: David Valdez | El Sol de San Juan del Río

Dice que la mayoría de las personas que acuden al local que atiende van con objetivos muy concretos como mejorar su vida amorosa, encontrar empleo, tener abundancia económica, gozar de salud, tener éxito en un negocio, aprehender el amor o bien, en algunos para deshacerlo, violando cabalmente aquella máxima que dicta: “lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”.

“Mucha gente de aquí, nativos de Querétaro, buscan este tipo de creencias para que los ayuden a solucionar sus problemas, ya sea económicos, algún problema entre parejas o en los negocios. Mucha gente que no tiene trabajo viene a pedir un amuleto, alguna veladora. La gente tiene la fe en esto. Este lugar es algo mágico porque vienen con mucha ilusión de solucionar sus problemas”, relata.

Su voz se mezcla entre los golpes del carnicero de enfrente que está aplanando un bistec, los pregones de los puestos de frutas y verduras, y también con la voz de un hombre que se acerca a pedir un amuleto para su auto. Aquel hombre, de unos 50 años, dice que busca una protección para su camioneta, le muestran algunos pero se va. A los pocos pasos se arrepiente, regresa y le entregan una pequeña herradura que más tarde seguramente colgó en el retrovisor de vehículo.

Foto: Dolores Martínez | El Sol de San Juan del Rio

Don Dani relata que a su puesto acuden todo tipo de personas, que para ser seguidor de este tipo de prácticas no se requiere un estatus social pues bien pueden ser policías, comerciantes, migrantes, albañiles, prostitutas, hasta empresarios “pesados” o políticos. Sobre estos últimos, comenta que han sido varios los personajes de la clase política sanjuanense los que han solicitado la intervención divina para conseguir éxito en sus carreras.

Asegura que en su local ha atendido a candidatos a diputados locales, federales y uno que otro aspirante a la presidencia municipal de San Juan del Río. Señala que la mayoría de las veces solicitan una limpia y un amuleto que les de protección y que les ayude alcanzar ese ansiado peldaño del poder.

Mientras él recuerda a las personalidades que lo han visitado, Eli prepara un par de veladoras que una mujer le ha pedido, les pone el nombre de quien va a recibir ayuda, añade algunos polvos y finalmente las baña de una loción. Ella es quien se encarga de hacer las limpias y subraya que todo lo que sabe es porque Don Dani se lo ha enseñado.

En ese espacio mágico hay amuletos, lociones, figuras, muñecos vudú y veladoras para casi todo desde “llama clientes” hasta “destruye matrimonios”. Para don Dani la fe es la encargada de todo, pues afirma que mientras haya fe las esperanzas aún vivirán, a pesar de todo.