La historia del restaurante campestre Santa María comenzó alrededor del año 1987, lo que refiere que por más de tres décadas ha subsistido entre el gusto de la gente de San Juan del Río, ya que su estricto menú que no se repite en 30 días, pero sobre todo la atención al cliente, son el complemento perfecto para el éxito de este lugar.
Así lo relató Pedro Pérez Zamora, fundador de este restaurante, al compartir que en ese año ingresa con la familia Osornio Cabrera, bajo las ordenes de Francisco Osornio Hernández y María Cabrera Jiménez, a quienes le ayudó en su primer domicilio en Avenida Juárez #78, luego se quedó como administrador.
“Trabajo con ellos 4 años como mesero, creo que vieron en mi algo relevante en mi persona, yo empecé en el restaurante sin saber absolutamente nada. Por el año del 97, abro otro lugar en Avenida 4 Poniente, me adentro más cuando mi suegro falleció”.
Expuso que posteriormente, el 6 de agosto de 1999, abrió nuevas instalaciones en Avenida Constituyentes #50, donde persisten hasta ahora, ahí no dimensionaron lo grande que era el reto puesto que en un día llegaban a atender hasta a 350 comensales, y algunas empresas querían hacer sus eventos ahí.
Una de las particularidades que tienen en este restaurante es que su menú no lo repiten en 30 días, el agua que ofrecen es de fruta de temporada y los platillos que más busca la gente es: arroz, consomé de pollo, el mole de los domingos, pastel de carne, carne de cerdo en chile pasilla, cascabel, pierna de cerdo a la naranja, conejo y los riquísimos desayunos.
PANDEMIA
El señor quien formó una familia con Patricia Osornino Cabrera, dijo que la época más fuerte de la pandemia por Covid-19, sus ventas cayeron hasta en un 92%, y que tuvieron que hacer roles en sus horarios para el personal, incluso tener la posibilidad de ordenar y recoger en el negocio, sin embargo, este periodo no los dejó morir y siguen adelante.
La familia Pérez Osornio que se caracteriza por el talento en el sector restaurantero, aún buscan tener un comercio más en las faldas del Cerro de la Venta, en donde quieren tener como atractivo un mirador del municipio.