La autopista federal 57 no solo contempla innumerables accidentes, también hay ruidos que no cesan, y que se desprenden de los vehículos de carga que transitan las 24 horas del día, fuente sonora que afecta la calidad de vida de habitantes de comunidades como Casa Blanca, Loma Linda y Las Peñitas.
Así lo relató María Luisa Hernández, habitante de Casa Blanca quien manifestó que cuando las llantas de los tráileres se ponchan o simplemente los motores rugen, ella y su familia despiertan, aunque a más de 12 años de vivir aquí, ya se acostumbraron, aunque no les deja de ocasionar insomnio.
“La carretera nunca para, no duerme, aquí hemos vivido siempre y ya aprendimos a vivir con el ruido, hay días que de plano no se puede dormir por las ponchaduras de llantas o porque los motores son muy escandalosos y a eso le sumamos cuando pasa el ferrocarril”.
Armando Becerril de Loma Linda comentó que, al vivir en una de las calles que conduce a la carretera, ha sido testigo de accidentes fatales, y que el colapso de fierros es inconfundible, ahí en ocasiones ha tratado de salir a ayudar, o por lo menos hacer los llamados de emergencia.
“Cuando chocan los camiones o entre autos chicos, los ruidos son muy particulares, es como si cayeran rocas sobre laminas, mis hijos y yo, tenemos muy identificados esos rudos de la carretera”.
Estela Mejía de la zona conocida como Las Peñitas, platicó que, por su avanzada edad, ella y su marido en los últimos cinco años han optado por usar tapones para los oídos para poder conciliar el sueño y descansar.
“Ya si no dormimos al día siguiente nos sentimos mal, aquí lo que optamos es conseguir tapones como los de las industrias porque parecía que estábamos a un lado de los camiones, y así podemos descansar mejor”.
ESTUDIO
Miguel ángel Zavala Robles, catedrático del Instituto Tecnológico de San Juan del Río (ITSJR) en 2015, hizo un estudio sobre el mapa sonoro de la demarcación, en la que, según un monitoreo, hay zonas donde el urbanismo y otros factores como la movilidad implican un aumento de decibeles y tal es el caso de arterias como avenida Paseo Central y Lomas del Pedregal.
También reveló que, “se tomaron mediciones en lugares del centro de San Juan del Rio, comenzando por avenida Juárez, 5 de Mayo, Vicente Guerrero y Mercado Reforma (petición de personas molestas) y en otras avenidas principales. En todas ellas se medía los decibeles que son consecuencia del transporte público”, documentaron.
Ahora bien, entre los riesgos a la salud, se llega a presentar la hipertensión y enfermedad cardiaca isquémica; deterioro de oído; efectos cardiovasculares y piscofisiológicos; fatiga y dolor del oído; y el deterioro de oído incluyendo zumbido