La construcción y reparación del Niño Dios una hermosa tradición viva en San Juan del Río desde hace varias décadas, labor a la que no todas las manos hacen de una imagen, amor y devoción como las que se dedican a ello.
Teresa Paredez López, secretaria general de la Unión 2 de Noviembre y Fiestas Tradicionales, quien por varios años se ha dedicado a esta actividad, compartió que dos fechas significativas se tienen para los artesanos dedicados a esta labor, una de ellas, el 24 de diciembre y la otra, el 2 de febrero, Día de la Candelaria y para la cual, la población de creyentes recurren a la minuciosa labor de la reparación de Niños Dios por la cercanía de la fecha litúrgica.
Rodeados de materiales como yeso, madera, resina y pintura, los 15 artesanos sanjuanenses trabajan arduamente conforme se acerca el 2 de febrero, las reparaciones van desde una pierna, brazo, rostro o cabeza, a veces una imagen en trizas, pero con un gran valor sentimental para los fieles católicos que más que un pedazo de material, representa; fe, amor, esperanza, unidad y paz.
Dependiendo de la dificultad de restauración, es el periodo de labor de los artesanos, casi la mayoría de dos días, aseguró, sin embargo, son días que se aprovechan al máximo para trabajar, porque es corta la temporada, para ello, la gran mayoría se dedica también a la manufactura de la vestimenta del Niño Dios, elaborada de manera artesanal que va en costos desde 30 hasta los 300, dependiendo del tamaño y material.
Si bien el objetivo es construir y reparar al Niño Dios, no todas las manos son aptas para la labor, algunas únicamente sirven para dar esos pequeños detalles radiantes en su rostro, el cual también requiere de pintura detallada para lucir y dar luz el 2 de febrero, fecha importante para los creyentes, al cumplirse los 40 días después de la celebración de la Navidad.
Este año es diferente, la pandemia Covid-19 ha impedido la labor de los artesanos y aunque trabajan desde la calle Francisco Javier Mina 64 en un espacio adecuado como taller como medida preventiva por la emergencia sanitaria, poco a poco va fluyendo el trabajo, aunque no resulta fácil, porque para las reparaciones, es necesario crear algunas piezas con moldes, que después, requieren de un buen acabado y aunque lo difícil es la pintura, ahí se requiere de aquellas manos y paciencia para igualar tonos de piel, cabello y ojos.
El costo de la reparación es diferente para cada caso, dependiendo la magnitud del daño en la imagen, casi siempre económicos porque sensibles al significado del Niño Dios, son los artesanos, algunos de ellos, confesó, rezando al momento de realizar su labor, para encomendar su trabajo y que cada año no falte.
Faltan pocos días para celebrar a la Virgen de la Candelaria y el trabajo cada vez, es más, por lo que, aunque este año no habrá celebraciones religiosas masivas como todos los años por la pandemia Covid-19, aseguró que los fieles católicos se preparan para desde su hogar rezar al Niño Dios y de esta manera mantener viva la tradición.
Comentó que el precio por restauración es diferente en cada caso, regularmente económicos porque aseguró que sensibles al significado de lo que representa el Niño Dios, son los artesanos, en algunas ocasiones también se sugiera la compra de una nueva imagen, por lo difícil que puede representar el reparar.