En el municipio aún prevalece la tradición de ir en busca de medicina tradicional para aliviar algunos males, y para ello, desde hace unos meses, se colocó en el jardín de los Fundadores una señora que conocer sobre las propiedades de las plantas.
Y es que, a su negocio llegan buscando infusiones para cualquier cosa, desde una fiebre, pasando por los resfriados, dolor de riñones, retención de líquidos, o bien, si la gente quiere simplemente relajarse con un té de azares que, endulzado con miel, hacen un buen remedio.
Recientemente, aseguró que, se han disparado los casos de gente quieren limpiar sus riñones, y recurren al té de palo azul, y que esto se debe a que los hábitos sedentarios son los que siguen generando enfermedades que a veces ya son muy avanzadas para este tipo de medicina alternativa.
Afuera de la iglesia de San Juan Bautista, también en el primer cuadro del Centro Histórico, un caminito de olor a hierbas es el que se encuentra con montoncitos hojas de limón, toronjil, manzanilla, hierbabuena, en este tramo también comercializan los remedios tradicionales.
En este caso, los comerciantes llevan varios años desarrollando esta actividad en la que en ocasiones venden miel de abeja para acompañar a las infusiones y a decir de ellos, cada vez más personas confían en este tipo de tratamientos que a lo mucho se toman de manera mensual, dependiendo el malestar.
“La gente sigue viniendo porque, por ejemplo, les da miedo agarrar un resfriado y más si ya tuvieron Covid y les dejó secuelas, procuran cuidarse mucho, pero sin meterse pastillas, yo creo que porque muchos traen problemas de bronquios o algo así, pero siempre que vienen, nos dicen que les da miedo repetir la historia, nos han platicado que hasta estuvieron intubados”.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
Resaltó que, se ha convertido en una costumbre que, las personas acudan a este sitio en la búsqueda de un remedio que les ayude, que sus conocimientos fueron heredados de sus ancestros, como abuelos o tatarabuelos, quienes se curaban con las plantas de los bosques cercanos.
