A 211 años de su muerte, el Gobierno Municipal de Huichapan recordó al general Máximo Julián Villagrán Calleja, quien es considerado como uno de los personajes ilustres de esta demarcación. Fue el alcalde de este lugar, Emeterio Moreno Magos, quien encabezó la guardia de honor en el monumento erigido a este personaje, el cual se encuentra dentro del Centro Histórico.
De acuerdo con registros históricos, al general Julián Villagrán se reconoce por haberse levantado en contra de la corona española en el año 1810, cuando estalló la guerra de independencia en el territorio nacional. Este hecho le valió para que sus amistades lo consideraran con traidor e insurgente por luchar en el bando que buscaba liberarse del reinado español.
De acuerdo con información del Gobierno Municipal, Máximo Julián Villagrán Calleja nació el 10 de junio de 1755, en el municipio de Huichapan, estado de Hidalgo. Sus padres fueron Joseph Miguel Villagrán y Antonia Gertrudis Calleja. El gobierno local señala que contrajo matrimonio con María Anastasia Mejía de Armenta, con quien procreó trece hijos. Poseyó una hacienda y ganado.
Menciona que, en 1810, al descubrirse la conspiración el 15 de septiembre, tuvo que huir de Huichapan por las ideas insurgentes que concebía. Para el 9 de octubre de ese mismo año se declaró en armas contra el gobierno virreinal y se apoderó del real de Zimapán. Más tarde, junto a su hijo José María, controló las zonas de Huichapan, San Juan del Río en Querétaro, Jacala y la región de la Huasteca.
La historia cuenta que, debido al territorio que estaba a su mando, se autoproclamó como “Julián I, Emperador de la Huasteca”. Además, se narra que en mayo de 1813 su hijo José María fue arrestado por generales de la corona española.
Al decirle sobre el hecho, también se le comentó la propuesta de entregarse y recibir el indulto junto a su vástago. Sin embargo, “no aceptó y fue ejecutado José María. Se cuenta que, al conocer esa situación, el general Villagrán expresó estas palabras: ‘¡Que lo fusilen!… Mujeres hay muchas para tener hijos… ¡Patria, solo tengo una!’”.
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El 13 de junio de 1813 fue capturado en la hacienda de San Juan Amaxac. Días después fue conducido a Huichapan y fue sometido a proceso en el que fue sentenciado a muerte. Por orden del virrey Calleja fue fusilado el 21 de junio de 1813. “A su cadáver le cortaron la cabeza y para escarmiento de los insurgentes, colgada de un garfio, fue expuesta, pendiente del extremo de una viga, en uno de los ángulos de la pequeña capilla de San Mateo, donde ya estaba la de su hijo José María”.