Las propinas que las personas llegan a dejar en las mesas de los restaurantes, tienen diferentes fines, por ejemplo, en algunos de los casos cuando son en efectivo, se reparten entre el número de meseros que operan en un establecimiento, y lo reciben como un premio extra a su desempeño.
Caso contrario pasa cuando en los restaurantes se carga a la cuenta la propina como tarifa de “servicio” con 10 por ciento extra, generando desconfianza de la clientela si es que en realidad llega a los meseros que brindan acompañamiento en tanto las personas prevalecen en el lugar.
Antonio Rodríguez, quien por más de 18 años se ha desempeñado como mesero de una cafetería refirió que, en su caso, es libre de tomar el dinero que dejan sobre la charolita de cuenta y que la mayoría de los comensales le deja de 20 hasta 100 pesos, factor que le ha beneficiado en su día y que en fin de semana reúne más de 300 pesos.
“Mis patrones dicen que las propinas son de quien las trabaja, entonces por eso las tomamos y es siempre un premio para nosotros, para atender con una sonrisa, estar al pendiente de las mesas y de lo que la gente necesita. Me llego a juntar entre 180 a 300 pesos cuando me va mejor y eso se va para los pasajes o la despensa”.
Señaló que, con sus mismos compañeros ya saben que se reparten las mesas y con ello, las propinas y que saben que si bien su labor es servir, ellos piensan que si se esfuerzan tendrán este aliciente, aunque también consideró que los salarios para este sector debería ser mejorado.
Otro de los meseros entrevistados fue Adrián Morales, quien reveló que, en su caso, en el establecimiento en el que trabaja solo acepta efectivo para el pago, y que, las propinas que dejan las depositan en un cochinito barro, el cual rompen cada dos meses para poderse dividir el dinero entre los cuatro meseros que hay y que se vaya a partes iguales.
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A lo anterior, comentó no estar de acuerdo, pero que, esas son las reglas que tienen en su trabajo, en donde percibe a la semana mil 200 pesos y coincidió en que es necesario que se puedan tener mejores salarios, a pesar de que es consciente que los comercios de comida fluctúan mucho en las ganancias.
“Hay unos compañeros que si le echan ganas y otros que no, por eso pienso que es injusto que nos toque lo mismo, yo aquí estoy en lo entro a la universidad en Derecho a lo mejor ni me toca dinero de las propinas, pero mientras trato de rendir”, añadió.