Desde su lanzamiento, al menos 30 familias se han inscrito al programa “Hogares de Corazón”, mediante el cual se busca colocar a un menor de edad dentro de un núcleo familiar durante un periodo determinado, a fin de que reciba atención y cuidados, dio a conocer el director general del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia, Óscar Adrián Gómez Niembro.
Señaló que este programa se lanzó en semanas pasadas y que su creación busca que menores de edad se desarrollen en un entorno familiar, en tanto se resuelve su situación jurídica. Explicó que con esta acción se busca que niñas, niños y adolescentes tengan un hogar temporal, en donde se les brinden los cuidados y las atenciones que requieren.
Precisó que este esquema es totalmente diferente al sistema de adopciones que también impulsa el DIF Estatal, toda vez que dentro de “Hogares de Corazón” no se genera ningún tipo de afiliación o tutela jurídica entre el menor de edad y la familia que lo recibe.
“La figura es la familia de acogida, que es muy distinta a la adopción. Esta figura jurídica es una familia que decide recibir en su núcleo familiar y brindar cuidados, atención y seguimiento a un menor de edad. No implica ninguna afiliación con la persona que recibe, ni tampoco ninguna tutela jurídica. Se hace con el objetivo de que más niños, niñas y adolescentes puedan crecer mientras se resuelve su situación jurídica”, comentó.
Señaló que los menores que pueden ser colocados en hogares temporales son aquellos que se encuentran dentro de un proceso jurídico de pérdida de patria potestad o en los supuestos donde se hace una rehabilitación de la familia para buscar la reintegración. Reiteró que la intención del programa es que el menor crezca en un ambiente familiar mientras se llega a la conclusión de los asuntos.
Precisó que los menores de edad pueden permanecer hasta por tres años dentro de los núcleos familias. Asimismo, resaltó que a finales de septiembre pasado se realizó una plática con las primeras 30 familias que han mostrado su interés de formar parte de este programa.
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“Insisto, es muy diferente a la adopción, pero le da la posibilidad a la niña, niño o adolescente, de seguir creciendo en un ambiente familiar. El problema es que cuando entramos a un proceso de pérdida de patria potestad, los juicios pueden llevarse de un año y medio a dos años; o bien, mientras se hace una evaluación y rehabilitación de la familia, si hay condiciones para que el menor regrese a su núcleo familiar, a veces nos tardamos en que esto se logre”, subrayó.