Martha Pascual García, es una de las pioneras en cuanto a la preservación de los hongos a través de su secado en la zona indígena de Amealco de Bonfil, en donde en la época de lluvias, su entorno se ha convertido año con año en un santuario para recorrer verdes bosques y conocer más sobre esta especie.
En entrevista la señora relató que antes solo veían crecer los hongos en cuanto se intensificaban las precipitaciones pluviales en su localidad, es decir, Xajay, y estos solo les servían para un “trueque”, que intercambiaban por frijol, maíz u otras semillas; posteriormente llegó Daniel Robles un joven universitario quien les empezó a orientar sobre las diferencias entre ellos.
Platicó que, gracias a él, lograron hacer el único comedor de hongos silvestres en el estado de Querétaro, el cual opera de junio a septiembre, que ha sido todo un éxito entre los turistas, sin embargo, el conocimiento lo llevaron más allá con la técnica del secado de las especies para reservarlo y comercializarlo la mayor parte del año.
“Estamos trabajando con el joven, vimos que podía haber sustentabilidad de lo que nos da el bosque, la naturaleza nos quiere, nos cobija, nos abraza con todo lo que nos da, por eso nosotros cuidamos aquí donde vivimos. Hicimos nuestro secador de hongos para tenerlos todo el año”.
Mencionó que con esta técnica de secado para la cual construyeron una especie de vivero que guarda cierta temperatura de calor, mantienen los trozos de hongos para su venta que oscila los 50 gramos en 100 pesos y el kilo en mil pesos.
Pascual García expresó que además durante todo el año hacen recorridos en sitios maravillosos y llenos de vida de su comunidad, basta con preguntar por ella e incluso platicó que puede hacer degustaciones de hongos.
Finalmente subrayó que, para este año, espera que las condiciones de la pandemia por Covid-19 sean mejores para recibir a turistas a través de los recorridos de Daniel Robles, y que la gente pueda probar el pan, pozole, tamales, sopa y tortas de hongos.
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