Con innovadora tecnología, alumnos de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), crearon la “Vacuna contra la Soledad”, una herramienta de realidad virtual auxiliar en el tratamiento de las consecuencias psicosociales que se detonaron tras la pandemia por Covid-19; un proyecto desarrollado por estudiantes e investigadores de la Facultad de Ingeniería en el campus San Juan del Río.
Se trata de ocho ambientes virtuales basados en criterios psicológicos y arquitectónicos para inducir emociones positivas a través de escenarios, sonidos y ejercicios de meditación, mientras se miden las pulsaciones cardíacas con sensores de contacto usando termografía infrarroja; además de contar con una cartilla para llevar el control de las ocho dosis o espacios virtuales.
La aplicación de la Vacuna contra la Soledad inicia con un test para conocer el estado del paciente. Para acceder a los entornos, el paciente debe escanear un código QR con su celular; también un ejercicio breve de respiración con el dispositivo TERMOFINGER-MX para medir la temperatura; mientras que los ejercicios ayudan a regular la temperatura y el ritmo cardiaco.
Luis Alberto Morales Hernández, líder del proyecto, explicó que, “a partir de lo que venimos trabajando con la UNAM y la Universidad de Colima, vimos la necesidad de desarrollar herramientas que -por un lado- indujeran emociones placenteras en pacientes y -por otro- midieran el efecto de dichas emociones en el cuerpo. Allí surge el desarrollo de la vacuna virtual contra la soledad, en la que inducimos a través de la vista y del oído situaciones positivas y medimos cómo es la respuesta del cuerpo humano”, detalló.
El equipo también lo lideran la María Luisa Balderas Escamilla y el Dr. Irving Armando Cruz Albarrán; colaboran estudiantes de la Licenciatura en Arquitectura, de Ingeniería Electromecánica, de la Maestría en Ciencias Mecatrónica y del Doctorado en Mecatrónica.
Este trabajo tiene como antecedente la colaboración con la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México desde 2015, a través del grupo “Mente -Cuerpo” -encabezado por Benjamín Domínguez Trejo- para evaluar el estado psicofisiológico de pacientes mediante el uso de termografía infrarroja.
“Creemos en el potencial de nuestros estudiantes; a la par del desarrollo acumulan experiencia al dar solución a un problema social y eso es lo más enriquecedor que les podemos dar. Se han visto resultados positivos desde las primeras tres dosis. Como es el caso de cualquier vacuna no nos curamos, pero atendemos y disminuimos esos factores psicosociales que se han dado en nuestra comunidad”, añadió.