No hay un punto de comparación entre una guerra con armas y una que se manifiesta con acciones que denigran y limitan los derechos de los mexicanos, sin embargo, hay un común denominador entre ambas: El autoritarismo.
Si bien, la guerra que hoy se vive en Ucrania es consecuencia de un autoritarismo del presidente de Rusia, Vladimir Putin; quien hasta hace algunos meses era considerado como un líder tranquilo y determinado ante las problemáticas actuales en el mundo, en los últimos días ha dejado claro que el país completo estaba equivocado.
Y es el mismo caso con México, donde muchas y muchos mexicanos creyeron en el discurso anticorrupción de un presidente que hoy con sus acciones emite mensajes contundentes contra los derechos de una nación, mostrando la máxima expresión de un autoritarismo, una persona que abusa de su poder para aplastar las libertades que a lo largo de los años como nación nos ha costado obtener, acabando con los avances en nuestra soberanía que él tanto apela y defiende.
Una guerra no necesariamente requiere de un arma apuntando directamente a su objetivo, una guerra también es difamar, atentar contra la tranquilidad de quien solo ejerce su derecho, además de que tiene como objetivo imponerse y vencer al enemigo, pero, ¿Qué pasa cuando catalogas como enemigo a una persona que solo muestra la verdad?, se crea un conflicto personal que solo acabará con el señalamiento social a través de manipulación.
Por ello, coincido con varios ciudadanos cuando dicen que en México tenemos nuestra propia guerra, porque tenemos un presidente que divide, que genera enfrentamiento entre diferentes grupos de mexicanos, porque hoy somos o “fifis” o “chairos”, términos que solo buscan la división de una sociedad progresista.
El autoritarismo ha provocado guerras entre naciones, pero en México se ha aplicado la cita de un famoso libro “Sun Tzu, El arte de la Guerra”, ‘divide y vencerás’, porque las y los mexicanos sabemos que unidos podemos destronar a quienes gobiernan contra la voluntad de las mayorías en contra del autoritarismo.
En nuestro país tenemos el inicio de una guerra propia, sin armas y sin batallones, pero sí con amenazas y señalamientos directos.
*Diputada PAN