CUAUTITLÁN, Estado de México.- Encomendemos a María toda nuestra vida significada en esta peregrinación y pidamos que proteja a todos sus hijos, señaló el obispo de la Diócesis de Cuautitlán, Guillermo Ortiz Mondragón, tras oficiar la celebración litúrgica en el Santuario Diocesano de la Virgen de Guadalupe y Casa de San Juan Diego, a un día de que la columna femenina llegue al Tepeyac.
En la última jornada de la columna femenina que ya suma más de 23 mil mujeres, el obispo destacó que es en el camino donde se encuentra el sentido de su misión, por tanto invitó a las peregrinas a edificar esa casita del Tepeyac, ese pueblo nuevo que camina en todos los aspectos de su vida para encontrarse con el Señor.
“Yo no puedo ver el rostro de cada una, pero la madre del cielo no solo ve su rostro, sino su corazón y tiene esa mirada de ternura y amor para cada una y por eso nos está diciendo ¿qué te aflige, que no estoy yo aquí que soy tu madre? Así está María con cada uno y este caminar nos hace experimentar la fragilidad”, reconoció Ortiz Mondragón.
Reconoció que es a través de los ojos de María que donde cada uno puede ir creciendo y desarrollando la fe, para seguir transformando esos vacíos que han dejado las situaciones dolorosas que desembocan en el odio y el rencor, para con ello transformarlo en un gesto de servicio.
Finalmente el obispo de la Diócesis de Cuautitlán hizo un llamado a las fieles a elevar sus oraciones por los católicos de Nicaragua quienes atraviesan un momento de persecución por el gobierno de aquel país.
“Pidamos por estos hermanos y hermanas que caminan en Nicaragua, el presidente ha roto relaciones con la Iglesia y ha manifestado que si un laico, religioso, sacerdote u obispo es considerado sospechoso, será detenido; pidamos por esta Iglesia que ahora la vemos frágil”, finalizó el jerarca.