Derivado de algunos ataques de jaurías de perros ferales en ejidos del municipio de Tequisquiapan, ganaderos de esta localidad han tenido pérdidas económicas de consideración, además de la reducción en su producción de cárnicos.
El secretario de la Asociación Ganadera Local General de Tequisquiapan (AGLGT), Abel Manuel Trujillo García, informó que al menos unos 15 ataques de perros “alzados”, como los conocen, se ha presentado en los últimos meses en distintos puntos del municipio, agresiones que han dejado como consecuencia cerca de 100 cabezas de ganado bovino muertas.
Esta situación ha generado que los ganaderos hayan dialogado para recurrir a varias acciones y con ello prevenir más ataques de jaurías de perros salvajes en los ejidos de esta localidad, debido a las pérdidas económicas que ello provoca, pues por cabeza de ganado, calculó que es una pérdida mayor a los dos mil pesos.
“El proyecto de sustentabilidad que traemos en general es precisamente trabajar en la tenencia responsable de los perros, cada vez se está haciendo más problemático, sobre todo por el hecho de que hora hay un gran cantidad de asociaciones que protegen a los perros y que no se pueden tocar y que dejan de alguna manera desprotegido al ganado, porque pueden llegar y matar animales y nadie se vuelve responsable, pero cuando el ganadero toma una decisión de deshacerse de esos perros, ahí a es donde brincan esas asociaciones”.
Este tipo de situaciones se tornan complicadas cuando los animales que son atacados no mueren, ya que las curaciones y menor cantidad de producción, provoca gastos imprevistos entre los ganaderos, es por ello, que se realizarán algunas reuniones para atender estos ataques caninos.
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“Ataques que yo conozca, como unos 15 y más de 100 muertes, el costo de cada cabeza en promedio es arriba de dos mil pesos, el problema son los muertos pero también los heridos, ese animal cuesta más que el que murió porque hay que curarlos más la baja producción que esos animales tienen, es una pérdida muy importante en la economía y no lo han querido ver ni analizar, pero es un problema de salud tanto en el ganado como en las personas”.